Aprendiendo a oír la voz del Espíritu Santo y ser guiados por Él.
¿CÓMO SER GUIADOS POR EL ESPÍRITU? (ROM_8:14).
En nuestro interior oímos tres tipos de voces:
• Nuestra voz, la voz del ego, del yo, de la carne.
• La voz del diablo y de los demonios.
• La voz del Espíritu Santo.
Las tres se parecen en cuanto al tono de voz, pero no en cuanto a lo que dicen y sus efectos:
Nuestro voz, la de la carne:
• Es egoísta, egocéntrica, solo piensa en sí misma (yo pienso, yo siento, yo creo, yo digo, yo, yo, yo).
• No nos va a dar paz interior.
• Va a producir inseguridad, incredulidad, dudas, etc.
• Provoca una batalla en nuestro interior con respecto a lo mejor.
La voz del diablo y de los demonios.
• Es una voz contraria a la Palabra (aunque la use, pero para torcerla, como lo trató de hacer con Cristo).
• No nos va a dar paz interior.
• Va a producir inseguridad, incredulidad. dudas, etc.
• Provoca una batalla en nuestro interior con respecto a lo mejor.
La voz del Espíritu Santo.
• Es conforme a la Palabra de Dios (Sal_119:105, Jua_14:26, Jua_15:26),
• El resultado de lo que nos indique es amor (obediencia, servicio, hacer bien a los demás).
• Y como resultado de ello producirá en nosotros paz, gozo, paciencia, bondad, dominio propio, humildad, etc. (Gal_5:22-23).
• Además de fe, certeza, convicción (aunque no necesariamente nos guste lo que nos diga) (Heb_11:1)
• Todo a lo que nos dirija será para la gloria de Dios (Col_3:22-23), no para la nuestra.
• Sabemos, que sabemos, que es la voz de Él.
Aprender a ser guiados por el Espíritu Santo es un proceso continuo (Fil_1.6).
• Aprendemos de nuestros aciertos y de nuestros errores también (Rom_8:28-29).
• Necesitamos comenzar desde las cosas más pequeñas, aparentemente insignificantes (que ropa vestir, que comida comer, que ruta tomar, etc.), e ir creciendo hasta las cosas mayores.
En nuestro interior oímos tres tipos de voces:
• Nuestra voz, la voz del ego, del yo, de la carne.
• La voz del diablo y de los demonios.
• La voz del Espíritu Santo.
Las tres se parecen en cuanto al tono de voz, pero no en cuanto a lo que dicen y sus efectos:
Nuestro voz, la de la carne:
• Es egoísta, egocéntrica, solo piensa en sí misma (yo pienso, yo siento, yo creo, yo digo, yo, yo, yo).
• No nos va a dar paz interior.
• Va a producir inseguridad, incredulidad, dudas, etc.
• Provoca una batalla en nuestro interior con respecto a lo mejor.
La voz del diablo y de los demonios.
• Es una voz contraria a la Palabra (aunque la use, pero para torcerla, como lo trató de hacer con Cristo).
• No nos va a dar paz interior.
• Va a producir inseguridad, incredulidad. dudas, etc.
• Provoca una batalla en nuestro interior con respecto a lo mejor.
La voz del Espíritu Santo.
• Es conforme a la Palabra de Dios (Sal_119:105, Jua_14:26, Jua_15:26),
• El resultado de lo que nos indique es amor (obediencia, servicio, hacer bien a los demás).
• Y como resultado de ello producirá en nosotros paz, gozo, paciencia, bondad, dominio propio, humildad, etc. (Gal_5:22-23).
• Además de fe, certeza, convicción (aunque no necesariamente nos guste lo que nos diga) (Heb_11:1)
• Todo a lo que nos dirija será para la gloria de Dios (Col_3:22-23), no para la nuestra.
• Sabemos, que sabemos, que es la voz de Él.
Aprender a ser guiados por el Espíritu Santo es un proceso continuo (Fil_1.6).
• Aprendemos de nuestros aciertos y de nuestros errores también (Rom_8:28-29).
• Necesitamos comenzar desde las cosas más pequeñas, aparentemente insignificantes (que ropa vestir, que comida comer, que ruta tomar, etc.), e ir creciendo hasta las cosas mayores.
08
Mayo
2025