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Encontrando la visión de Dios para nuestras vidas.



ENCONTRANDO LA VISIÓN DE DIOS PARA NUESTRAS VIDAS.



Encontrar la visión de Dios para nuestras vidas.

Este es el punto clave para tener un año de bendición, victoria, conquista e incremento en todas las áreas de nuestra vida. Para ello necesitamos entender en nuestra mente y corazón tres cosas.

Necesitamos tener el entendimiento de que nosotros no existimos por un accidente ni por un hecho fortuito, sino que somos el resultado de un propósito de Dios, que trasciende nuestros planes y el tiempo de nuestra existencia terrenal.
Efe 2:10: somos hechura de Dios, creados en Cristo para buenas obras que El preparó de antemano para que anduviéramos en ellas.
Hch 17:26-28: El nos hizo (Sal 139:13-16) y nos pre-fijo el tiempo y el lugar de habitación, porque en El vivimos, nos movemos y somos.
Efe 1:4-6: nos escogió antes de la fundación del mundo para que fuésemos santos y sin mancha delante de El, para ser adoptados hijos suyos, para alabanza de El.

Necesitamos también entender que solo caminando en los planes de El, y en el diseño de El para nuestras vidas vamos a obtener éxito, satisfacción y calidad de vida, una vida que valga la pena vivirse.
Hch 17.26-28: en El vivimos, nos movemos y somos.
Jn 15:4: separados de El y de sus planes para nosotros, no vamos a poder lograr nada que sea realmente significativo, que nos produzca plenitud de vida.
Jer 29:11: solo en El hay planes de bien y no de mal para nosotros, solo en El vamos a obtener un futuro y una esperanza.
Prov 16.25: nuestros propios planes, que no coincidan con los de El, aún cuando puedan producir alguna satisfacción temporal, a la larga solo nos van a producir frustración e insatisfacción.
Prov 16:4: todas las cosas ha hecho Dios para sí mismo, aún al malo para el día malo, cuanto más nosotros para El y para el día bueno, pero solo lo alcanzaremos en El (3 Jn 2, Sal 1.1-3, Jos 1:6-9).

Necesitamos entender que la vida no se trata de nosotros, sino que se trata de El, y solo en El hay plenitud de gozo y delicias para siempre.
¿A quién iremos si solo en El hay vida eterna? (Jn 6:68).
Solo en El (y en Sus planes) hay plenitud de gozo y delicias para siempre (Sal 16:11).
Solo en El (y en sus planes) tendremos éxito, seguridad, bienestar, protección, y saldremos adelante (Sal 91).



¿Cómo encontrar la visión de Dios para nuestras vidas?

Luc 14:25-28: estar dispuesto a renunciar verdaderamente (no de palabra sino en verdad) a nuestras propias ideas, planes y agendas, para sumergirnos totalmente, apropiarnos y dedicarnos a conocer y obedecer las ideas, planes y agenda de Dios.
Mar 10:29-30, Luc 18:29-30: no hay quien haya dejado lo suyo por Dios, que no haya recibido más de Dios, además de la vida eterna.

A los que le buscan, Dios les revela Sus planes (Isa 45:1-3).
Los hijos de Dios somos guiados por Su Espíritu (Rom 8:14).
Su Espíritu nos revelará Su corazón (incluidos Sus planes para nosotros) (Isa 45.11, Jn 16:13)
Necesitamos ser perseverante y persistentes (Mat 7:7).

Comenzar en lo poco, en lo que tenemos a mano, y vamos a ir avanzando hacia lo mucho.
La parábola de los talentos (Mat 25:14-31).
Obedecer en lo básico que ya conocemos, y buscar lo que no conocemos para que nos sea revelado.
Sant 1:22: necesitamos ser obedientes a la Palabra que ya conocemos
Sant 1:24: el que mira atentamente en ella, perseverando en ponerla por obra, nos siendo oídor olvidadizo sino hacedor de ella, será bienaventurado en todo lo que hace.
Una vez hayamos pasado por este paso, entonces El nos revelará mucho más, lo que necesitamos conocer, para llegar a ser la plenitud de El (Efe 1.15-23).




Lo básico de la visión de Dios para nuestras vidas.

Amarle a El por sobre todas las cosas, tenerlo a El en primer lugar en todas las cosas, hacerlo todo para Su gloria (Mat 22:36-38, Col 3:22-24).
Amarlo a El se concreta en la obediencia a El (Jn 14:23).

Buscar todo el tiempo un mayor conocimiento y obediencia de la Palabra.
Conocimiento, porque sin él, pereceremos, no alcanzaremos Su propósito para nosotros (Ose 4.6, Mar 12.24, Jn 5:39).
Obediencia: sin obediencia no hay bendición (3 Jn 2, Sal 1.1-3, 2 Tim 2.1-6).

Buscar todo el tiempo una mayor comunión con El.
Los tesoros escondidos y los secretos muy guardados (Isa 45.1-3) solo los encuentran aquellos que los buscan diligentemente (Heb 11:6).
Solo en la intimidad con El encontraremos la revelación de El como Padre; y nuestra identidad, herencia y poder como Sus hijos, para vivir en la plenitud de El y llenarlo todo (Efe 1.15-23).

Buscar todo el tiempo una mayor integración en Su Cuerpo.
Separados de El nada podemos hacer (Jn 15:4).
El trae Su bendición a nuestras vidas a través de Su Cuerpo, Su plenitud de vida fluye a nosotros a través del Cuerpo (Sal 133.1-3).
No dejemos de congregarnos, más bien, hagámoslo lo más frecuentemente que podamos (Heb 10.23-25), para ser perfeccionados en Sus caminos y Sus planes (Efe 4.11-16).


18 Ene 2010
Referencia: Propósito.