Estudio Bíblico

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Abraham.01.Llamamiento.



El llamamiento de Abraham y el nuestro.



La condición espiritual de los seres humanos (Gen 11) después del diluvio volvió a ser una condición de maldad similar a la que se describe en Rom 1:21-28.
• Como resultado, Dios los entregó a una mente reprobada, a la impureza de sus propios corazones (Rom 1:21- 31).


De la misma manera, hoy, la condición de la maldad es similar a la de ese tiempo, si no peor, y vemos la manifestación de la mente reprobada no solo en la cantidad sino también en la calidad de la maldad que hay hoy en el mundo.
• La maldad ha llegado a asumir formas que realmente escandalizan aún a los que no conocen a Cristo, “liberales” en su forma de pensar, y que nunca antes se habían visto.


Abram, al ser llamado por Dios, se encontraba habitando en Ur, una ciudad babilónica, grande y próspera, centro de rutas terrestres y marítimas, famoso por ser un centro de adoración a la diosa luna, constituyéndose en un centro importante de la idolatría de aquel tiempo (Neh 9:7).
• El lugar donde Abram vivía, sus parientes y la casa de su padre eran una constante tentación o piedra de tropiezo para los planes que Dios tenía para con El, por lo tanto le ordena dejarlos voluntariamente para ir con El.
• Abram cumple su parte y pasa la prueba.


Hoy es igual con nosotros, los y las creyentes.
• El mundo que nos rodea es un mundo idólatra de todo lo material y de sus propios pensamientos. Se nos manda a salir de las costumbres del mundo en el que vivimos, y ello implica las costumbres de nuestras familias que no están de acuerdo a los principios de la Palabra de Dios (Efe 4.22-24), para seguirlo a El hasta las últimas consecuencias (Mat 10.38).
• Si somos inteligentes, al igual que lo hizo Abraham, los seguiremos a pesar del precio que haya que pagar, porque el resultado de seguirlo a El es la bendición (Efe 1:3), la vida abundante (Jn 10.10), la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta (Rom 12:2).
• Al igual que Abraham, vamos a vivir en la tierra prometida, la tierra del cumplimiento de todas las promesas de Dios para nosotros, la tierra del cumplimiento del propósito de Dios para nosotros.
• Cuando Dios nos llame a salir de algo que no le agrada, aunque a nosotros si, necesitamos salir. Ganaremos enormemente con el cambio, aunque al principio no nos guste.
• Aunque el camino pueda parecer difícil, y en algunos tramos no solo parecerá sino que será así, las bendiciones que alcanzaremos sobrepasarán en mucho esas dificultades.


• El llamamiento de Abram es igual al llamamiento del Evangelio para nosotros. De hecho, si vamos a heredar las promesas de Abraham (Gal 3:13-14), también necesitamos pasar por el cumplimiento al mismo llamamiento:
• Los afectos naturales deben ceder el paso a la gracia divina (Luc 14.26, Fil 3:8).
• El pecado y todas sus oportunidades deben abandonarse (Rom 6:11-13, 1 Ped 1:13-16)
• La consecuencia de obedecer el llamamiento:
• Seremos bendecidos, habilitados para que nos vaya bien en todo lo que hagamos.
• Seremos bendición para otros, es decir, los habilitaremos de parte de Dios para que a ellos también les vaya bien; lo que de gracia recibimos, de gracia damos (Mat 10:8).
• Vamos a ser padres de multitudes, vamos a ser el origen de una nación para Dios, vamos a levantar descendencia para Dios.




29 Mar 2009
Referencia: Propósito.