Estudio Bíblico

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Adoración.



ADORACIÓN



SAL 100:1-5.
Cantad alegres a Dios, habitantes de toda la tierra. Servid a Jehová con alegría; venid ante su presencia con regocijo. Reconoced que Jehová es Dios; El nos hizo, y no nosotros a nosotros mismos; pueblo suyo somos, y ovejas de su prado. Entrad por sus puertas con acción de gracias, por sus atrios con alabanza; alabadle, bendecid su nombre. Porque Jehová es bueno; para siempre es su misericordia, y su verdad por todas las generaciones.


LA ADORACIÓN Y EL MODELO DEL TABERNÁCULO.
Templo. Acción. Con qué. Por qué.
Atrios Acción de gracias. Cuerpo. Lo que El hizo.
Lugar Santo Alabanza. Alma. Lo que El hace y hará.
Lugar Santísimo. Adoración. Espíritu. Quién El es.


DEFINICIÓN Y ANTIGUO TESTAMENTO.

Adoración: su expresión común significa enamorado arrebatadoramente.
Dios pretende eso mismo de nosotros (Mat 22:36-40).
Amor a Dios implica la obediencia a su Palabra (Jn 14:23) y ello determina un estilo de vida que lo exalte (Col 3:22-24).

La adoración es el reconocimiento directo de y a Dios, de su naturaleza, atributos, caminos, y demandas, ya bien por el derramamiento del corazón en alabanza y acción de gracias, o bien mediante la ejecución de actos que impliquen tal reconocimiento (obediencia, servicio, etc.)..

El concepto esencial es el de “servicio”: originalmente la tarea de los esclavos o sirvientes asalariados.
Postrarse: temor reverencial y actitud de admiración.
Esta palabra denota el mérito de un individuo para recibir honores especiales de acuerdo con su valía.
Los términos bíblicos principales, el hebreo "saha" y el griego "proskyneo", enfatizan el acto de postración, la acción de reverencia.

La adoración es debida solamente a Dios (Exo. 20:3; Mat. 4:10; Apoc. 22:9).
El Señor puede y debe ser adorado dondequiera que estemos: El está allí mismo (Col 3:22-24, Jn 4:23).
Acciones tales como inclinar con reverencia la cabeza (Exo 34:8), levantar las manos (1 Tim 2:8), arrodillarse (1 Rey 8:54), y postrarse (Gen 17:3; Apo 1:17) manifiestan externamente la adoración interna que el alma dirige a Dios.
En muchos de los Salmos (Sal 93, 95-100) Dios es adorado por su majestad y poder, su providencia y bondad, su justicia y su santidad.

Culto o reverencia que se rinde a Dios por sus obras (Sal 92.1-5) y por ser quien es (Sal 100.1-4). Se expresa mediante
* ORACIÓN (Gen 12.8; Neh 9),
* SACRIFICIO (Gen 8.20),
* OFRENDA (Gen 4.3, 4; 1 S 1.3; Deut 26.10; 1 Cro 16.29);
* ALABANZA (2 Cro 7.3; Sal 29.1, 2; 86.9; 138.1, 2),
* CANTO (Sal 66.4),
* RITUAL (Éxo 12.26, 27),
* MEDITACIÓN (Sal 63.5, 6),
* TEMOR (Sal 96.9),
* AYUNO (Neh 9.1-3; Luc 2.37),
* FIESTA y
* ACCIÓN DE GRACIAS (2 Cro 30.21, 22),
* Y SOBRE TODO, INCLINACIÓN (Sal 95.6; 1 Cro 29.20) Y SERVICIO (Deut 11.13; Jos 22.27).
Estos dos últimos conceptos se expresan en hebreo y en griego con palabras que también significan "adoración" (Deut 6.13; 10.12, 13; 2 Rey 5.18; cf. Mat 4.10; Rom 12.1), de modo que no se distingue entre "servir" y "adorar" ni entre "inclinarse" y "adorar".

La adoración externa y cultual debe nacer de una actitud interna (Isa 29.13), que a su vez se expresa en obediencia y una vida dedicada por entero al servicio de Dios (1 Sam 15.22, 23; Miq 6.6-8; cf. Sant 1.27).

En ambos testamentos el pueblo de Dios lo adora públicamente (Hch 20.7), en privado (Gen 24.26, 27; Dan 6.10; Mat 6.5, 6) y en familia (Gen 35.1-3; Hch 16.30-34).


JESUS.
Jesús inculcó la idea de que la adoración debía representar el amor del corazón hacia un Padre celestial.
Por fin la “adoración” es la verdadera: un servicio ofrecido a Dios no sólo en función de culto en el templo sino de servicio a los demás (Luc. 10.25ss; Mat. 5.23s; Jn. 4.20–24; Sant. 1.27).


IGLESIA PRIMITIVA.
En el Nuevo Testamento, el culto se adapta a las necesidades de la IGLESIA.
La simplicidad era la nota principal de estos servicios de adoración de las iglesias reunidas en las casas. Incluye:
* Alabanzas, salmos, cánticos (Efe 5.19, 20).
* Lectura bíblica, enseñanza, exhortación (Col 3.16; 4.16; 1 Tim 4.13).
* Oración, ayuno, santa cena (Hch 2.46; 13.1-3; 1 Cor 11.18-34).
* Profecía (1 Cor 14).
* Doctrina, mensajes en lenguas e interpretación (1 Cor 14.26).
* El ágape, seguido por la Cena del Señor (1 Cor 11.23–28).
Pero en todos los casos el acento recaía sobre el Espíritu, y sobre el amor y la devoción interior del corazón.


HOY.
En el Nuevo Testamento la adoración se dirige a Jesucristo (Mat 14.33; Jn 5.22, 23; Heb 1.6; Apo 5.8-14), y se destaca que el culto ofrecido a Jehová en el Antiguo Testamento explícitamente pertenece a Jesús (Fil 2.10, 11 // Isa 45.23).
La adoración al Padre, al Hijo y al Espíritu Santo es lo mismo: un solo Dios y tres personas distintas.
La adoración a Dios y al Cordero es la esencia misma de la vida celestial (Apo 4.6-11; 15.3, 4; 19.1-8).
Jesús recibió adoración en el día de su nacimiento (Mat 2:11), durante su ministerio (Mat 8:2; 9:18; 14:33; 15:25; 20:20), y después de su resurreción (Mat 28:9,17).
Los hombres (Jn 9:38), los ángeles (Heb 1:6) y hasta los demonios (Mar 5:6) se entregan a esta adoración.
Y por cierto, no hay ningún peligro en adorar a Jesús, porque El es Dios encarnado (Jn 1:1-4; Fil 2:5-11) ni al Espíritu Santo porque El es Dios manifestado.


LA FALSA ADORACIÓN.
Se prohíbe terminantemente la adoración de seres humanos (Hch 10.25, 26; 14.11-15; cf. Est 3.2, 5), ángeles (Col 2.18; Apo 19.10; 22.8, 9), satanás (Luc 4:7-8) u otra criatura (Mat 4.10; cf. Deut 6.13; Apo 14.9-11).
La adoración de dioses falsos es una ofensa que trae las más terribles consecuencias en todo el Antiguo Testamento (Éxo 20.3-6; 32.1-11, 30, 35; Deut 4.15-18; 8.19; etc.; cf. Rom 1.25).
La adoración de objetos materiales está estrictamente prohibida (Ex. 20:1-6; Isa. 44:12-20).


10 Mar 2009
Referencia: Santidad.