Perlas de la Palabra. El sacrificio por la sanidad de los leprosos.
En el Libro de Lev_14:1-9 se enseña acerca de un sacrificio único el día de la sanidad de un leproso
• Dos aves.
• La primera la sacrifica sobre agua corriente.
• La segunda la moja en el agua y la sangre de la primera.
• Con esa sangre y agua rocía al leproso siete veces y lo declara limpio.
Siglos después de haberse dado esta ordenanza, el profeta Elías le dice a Naamán el Leproso (2Re_5).
• Que se sumerja siete veces en las aguas del Río Jordán y será sanado de la lepra.
• Notemos la reaparición de los elementos antiguos:
• El leproso, el agua corriente, sumergirse, el número siete, la sanidad.
• La diferencia es que no hay un ave en las aguas, sino un hombre.
Siglos más tarde aparece Jesús, el Mesías, el Sacrificio.
• Llega a las mismas aguas, las del Río Jordán.
• Lo está esperando Juan el Bautista, de la línea de Aarón, un sacerdote.
• Precisamente los sacerdotes eran los encargados de presentar el sacrificio.
• El sacrificio debe ser unido a las aguas corrientes.
• Jesús es bautizado, sumergido en las aguas, por Juan el Bautista.
• Y ¿qué es el bautismo? el símbolo del sacrificio de Cristo.
• Por lo tanto, un sacerdote realizó simbólicamente el sacrificio en las aguas corrientes donde el leproso fue limpiado y sanado.
• Y la lepra, en el Antiguo Testamento, era un símbolo, un tipo, una figura del pecado.
Al igual que en el sacrificio ordenado en Levítico, la primera ave era salvada al ser sumergida en las aguas y la sangre de la primera.
• Nosotros, como esa segunda ave, somos salvados cuando somos limpiados en la Sangre de Cristo (1Jua_1:7) y el agua de Su Palabra (Jua_15:3) mediante el reconocimiento de Su Muerte y Su Señorío sobre nosotros (Rom_10:8-10, Rom_6:3-4).
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
• Dos aves.
• La primera la sacrifica sobre agua corriente.
• La segunda la moja en el agua y la sangre de la primera.
• Con esa sangre y agua rocía al leproso siete veces y lo declara limpio.
Siglos después de haberse dado esta ordenanza, el profeta Elías le dice a Naamán el Leproso (2Re_5).
• Que se sumerja siete veces en las aguas del Río Jordán y será sanado de la lepra.
• Notemos la reaparición de los elementos antiguos:
• El leproso, el agua corriente, sumergirse, el número siete, la sanidad.
• La diferencia es que no hay un ave en las aguas, sino un hombre.
Siglos más tarde aparece Jesús, el Mesías, el Sacrificio.
• Llega a las mismas aguas, las del Río Jordán.
• Lo está esperando Juan el Bautista, de la línea de Aarón, un sacerdote.
• Precisamente los sacerdotes eran los encargados de presentar el sacrificio.
• El sacrificio debe ser unido a las aguas corrientes.
• Jesús es bautizado, sumergido en las aguas, por Juan el Bautista.
• Y ¿qué es el bautismo? el símbolo del sacrificio de Cristo.
• Por lo tanto, un sacerdote realizó simbólicamente el sacrificio en las aguas corrientes donde el leproso fue limpiado y sanado.
• Y la lepra, en el Antiguo Testamento, era un símbolo, un tipo, una figura del pecado.
Al igual que en el sacrificio ordenado en Levítico, la primera ave era salvada al ser sumergida en las aguas y la sangre de la primera.
• Nosotros, como esa segunda ave, somos salvados cuando somos limpiados en la Sangre de Cristo (1Jua_1:7) y el agua de Su Palabra (Jua_15:3) mediante el reconocimiento de Su Muerte y Su Señorío sobre nosotros (Rom_10:8-10, Rom_6:3-4).
Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.
17
Abr
2024