Estudio Bíblico

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Perlas de la Palabra. La ley del cambio.



Una ley de la física es que cuando uno quiere mover un objeto pesado, a fin de comenzar ese impulso tiene que concentrar todas sus fuerzas para comenzar a moverlo.
• El universo se resiste al nuevo movimiento, al cambio.

La misma ley se aplica en el ámbito espiritual (Heb_11:3).
• Dios nos llama a cambiar, y cambio significa nueva acción, nuevo movimiento, nuevo impulso.
• Si en el mundo natural es el universo el que se opone al cambio, en el mundo espiritual es el "yo", el "ego", la "carne", la "voluntad propia".
• De modo que para iniciar cualquier cambio interior necesitamos concentrar fuerza, energía, decisión, pensamiento, enfoque y resolución.
• Y cuanto mayor es el cambio, mayor es la necesidad de la concentración de fuerza.
• Por ello, cuando se trate con el cambio, es sabio dar primero un pequeño paso, pero hacerlo con todas las fuerzas, y después el paso siguiente, y después el siguiente.
• Cuando Moisés fue llamado por Dios, lo primero que hizo fue quitarse sus sandalias, el primer paso, el movimiento más pequeño, pero eso cambió el mundo (Exo_3:5).
• Lo primero que los apóstoles hicieron fue dejar sus redes de pesca: el primer paso y el movimiento más pequeño, pero eso también cambio el mundo (Mar_1:17-20).

Apliquemos la ley del cambio y el poder de Dios al primer paso (Hch_1:8), y entonces comenzará el cambio que anhelamos.
• Y hasta podríamos terminar cambiando el mundo (Sal_60:12, Sal_108:13).

Bibliografía: "El Libro de los Misterios", Jonathan Cahn.

15 Abr 2024