Estudio Bíblico

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Perlas de la Palabra. Jesús. El misterio de las 30 monedas de plata.



En el antiguo Israel, los primeros frutos o el primogénito del vientre se consideraban santo y pertenencia del Señor.
• Los hijos primogénitos de Israel debían pertenecer al Templo y al sacerdocio (Num_3:44-48).
• Debían ministrar a Dios, a menos que fueran redimidos mediante un pago que debía hacer su padre.
• En la práctica:
• Cada hijo de Israel era redimido.
• Los levitas ministraban en el templo en representación de ellos.

Hace dos mil años, cuando ya estaba cerca la Pascua, los sacerdotes del Templo planearon la muerte de Jesús.
• Para que Judas lo traicionara le pagaron 30 monedas de plata (Mat_26:14-16).
• Las monedas salieron de las arcas del templo que durante siglos había recibido el pago de la redención de los primogénitos.
• Lo que cada padre debía pagar por la redención de su hijo eran 5 ciclos (monedas) de plata.
• Judas recibió 30 siclos (5 * 6) (cinco, número de la responsabilidad humana; seis, lo completo).
• El "precio" que pagaron por Jesús implicaba que Él llevaría sobre sí la completa responsabilidad humana (Isa_53:6, Isa_53:12).
• Jesús era un primogénito de Israel.
• Los sacerdotes estaban devolviendo el dinero del rescate.
• Ello implicó que Jesús no estaba liberado del servicio a Dios.
• Con ello estaban reconociendo (aun sin que fuera conscientemente) el Ministerio de Jesús (Zac_11:12-13).
• Jesús estaba asumiendo Su Sacerdocio (ya no según el orden levítico, sino según el de Melquisedec).
• Los antiguos sacerdotes estaban cediendo el sacerdocio levítico, para iniciar el Sacerdocio según el orden de Melquisedec (no levítico)
• Entonces Él, en ese momento, ofrecerá el sacrificio final.
• Y para ser el sacrificio final, el de la redención final, tenía que ser un Cordero.
• Y Jesús es el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo.
• Desde ese momento, todos los que hemos sido salvos le pertenecemos al Señor (estamos inscritos en los cielos en la congregación de los primogénitos, Heb_12:23).
• No solo para ser salvos, también para servir al Señor.
• Le servimos: viviendo en amor (Mat_22:36-40), obedeciendo Sus mandamientos (Jua_14:15), sirviendo al prójimo (Fil_2:3-4), haciendo todas las cosas para Su Gloria (Col_3:23-24, Mat_5:16).

Bibliografía: "El libro de los Misterios", Jonathan Cahn.

25 Mar 2024