Estudio Bíblico

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El Gran Privilegio.



Todas las personas, y los creyentes en Cristo no son la excepción, tenemos una de dos formas de ver a Dios:
• La forma egocéntrica: Dios para nosotros, una especie de santa claus bonachón, que se hace de la vista gorda de nuestras faltas y pecados.
• La forma madura: nosotros para Dios, un Dios integral, amoroso, misericordioso y de gracia, pero también un Dios justo, con autoridad, digno de respeto, reverencia y obediencia en todas las cosas.
• Esta última perspectiva de Dios nos lleva a comprometernos con Su propósito, con su obra en el mundo.
• Con servirle a Él de todas las formas posibles.
• Colaboradores suyos (1Co_3:9, 2Co_6:1).
• Sirviendo a los demás (Fil_2:3-4).
• Ministros de la reconciliación (2Co_5:18).
• Ministros de un nuevo pacto (2Co_3:6).
• Reyes y sacerdotes (1Pe_2:9).
• Y Su obra en el mundo inicialmente tiene que ver con la salvación de las personas (evangelismo y discipulado) (Jua_3:16).

El evangelismo no es una opción para nosotros los creyentes, es un mandato (Mar_16:15-16, Mat_28:19-20) y un gran privilegio (1Pe_2:9)(1Co_2:15-20).
• Evangelismo implica hacer todo lo que sea necesario para traer a las personas más cerca del conocimiento de Cristo.
• Él no nos deja solos luchando por cumplir esa Comisión, Él está con nosotros todo el tiempo, no nos deja, nos equipa y habilita para ellos (Rom_8:26, Jua_16:7-8).

Dios no es solo un Dios individual, también es un Dios de multitudes; Dios no es solo un Dios local, es un Dios global.
• La globalización no es una idea del mundo, es la idea de Dios.
• La diferencia entre la globalización del mundo y la de Dios es que la mundana tiene que ver con control y poder sobre las personas y la codicia para el beneficio de unos pocos; la de Dios tiene que ver con la salvación y la bendición para todas las personas.
• Por eso ningún intento de globalización en el mundo ha fructificado (todos los "imperios", incluyendo el futuro del anticristo, han sido destruídos).
• Solo el Reino Milenial de Cristo y la Eternidad prevalecerán.
• Si anhelamos un mundo mejor, donde todas las personas gocen de bienestar, necesitamos, en principio, participar de la construcción de ese mundo mejor de la única manera posible:
• La transformación de las personas por el poder de Dios, mediante nuestro involucramiento en la gran comisión.

La participación en la Gran Comisión está abierta para todos los creyentes y abarca muchas formas posibles:
• La intercesión por todos los que están perdidos.
• Para que Dios ablande su corazón, por oportunidades para testificar, por valor (denuedo) para hablar, por los que habrán de creer, por la difusión del mensaje, por más obreros, por los obreros que ya están participando en ella, por la provisión de las necesidades para cumplirla, etc.
• El apoyo económico y con otros recursos a los que la ejecutan.
• El ir personalmente y ejecutarla (1Pe_2:9).
• Con nuestro testimonio de vida (Jua_13:35)(Hch_1:8).
• Con nuestro testimonio contado (Mar_5:18-20).
• Predicando las buenas nuevas de la salvación (Mar_16:15-16).
• Discipulando (ayudando a crecer en Cristo) a otros (Mat_28:19-20, 2Ti_2:2).

Nuestra participación en la Gran Comisión es en todos los ámbitos geográficos y de actividad humana: en todos los campos se necesitan "misioneros" que lleven el mensaje de las buenas nuevas de Jesucristo a los que están perdidos.
• La Biblia nos manda a ir, no a que los perdidos vengan (no van a venir porque para ellos el evangelio es locura y están cegados por el enemigo de nuestras almas para que no crean en el evangelio, 1Co_1:18, 1Co_2:14, 1Co_4:4).
• Hch_1:8. El ir comienza por nuestro propio entorno (Jerusalén), nuestra ciudad, nuestra nación (Judea), las naciones vecinas (Samaria) y todo el resto del mundo (los confines de la tierra).

Para involucrarnos activamente en la Gran Comisión necesitamos, entre otras cosas:
• Tener una perspectiva acerca de los frutos eternos de ella (las personas y sus familias serán salvas eternamente).
• Dejar de lado las excusas que se estén oponiendo a que la cumplamos.
• Involucrarnos ya.


Tema para reflexionar: somos llamados a participar en el privilegio de colaborar con el Señor en Su obra en el mundo, y ese privilegio es al mismo tiempo un mandato.

Versículo para memorizar. 1Pe_2:9. Mat_28:19-20.

Pregunta para meditar. ¿Que obstáculos estamos permitiendo que se levanten en nuestra mente y corazón para impedirnos cumplir con la Gran Comisión? ¿Cuáles son las excusas que estamos poniendo para evitar cumplir con ese mandato y privilegio del Señor? ¿Cómo podría manifestar mi creatividad en cuanto a las formas de compartir el evangelio con otros?




20 Jul 2023