Estudio Bíblico

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Cristianismo: secta, religiòn, filosofìa o estilo de vida.



CRISTIANISMO: SECTA, RELIGIÓN, FILOSOFÍA O ESTILO DE VIDA.
Ministerio Reyes y Sacerdotes, Guatemala C. A.
Lic. Gustavo A. Bianchi S. Pastor.



Introducción.

A pesar de que el cristianismo ya lleva existiendo casi dos mil años, una gran cantidad de personas todavía no entiende correctamente lo que es. Cuando uno pregunta, aún entre creyentes, de que se trata el cristianismo, las respuestas son variadas y entre ellas sobresalen las que lo definen como secta, religión y/o filosofía, siendo todas estas definiciones incorrectas como vamos a evidenciar en este estudio. Para ello empezaremos definiendo lo que significa cada una de esas pseudos-definiciones del cristianismo, para posteriormente entrar de lleno a lo que es el cristianismo verdadero, auténtico.


¿Qué es una secta?

Una secta es un grupo cerrado de personas organizado alrededor de una doctrina o enseñanza generada por un maestro famoso, que generalmente busca, aunque de manera encubierta, asumir el control y manejar la mente de sus seguidores. Esa es la razón de que sea un grupo cerrado, porque ello implica aislarlos y/o separarlos de todas sus anteriores relaciones, lo que hace más fácil tomar el control y manejo de la mente de los seguidores. También, por lo general, usan el miedo y/o el temor como arma de control.

El cristianismo auténtico nunca puede ser una secta por cuanto Dios salva a las personas que nacen de nuevo para establecer relaciones con El y con las demás personas sobre una base sana, el amor, y las envía a todo el mundo a transformarlo (Mat 13:33, Mat 5:13-16, Rom 8:19-21) y a restablecer relaciones reconciliadas (2 Cor 5.17-18). El cristianismo auténtico no es aislacionista, es transformador, y para serlo necesita estar inmerso en las relaciones de todas las personas entre sí.

Por supuesto que hay algunos grupos que profesan ser cristianos que son aislacionistas y que manifiestan características sectarias, pero ello no implica que vivan en un cristianismo auténtico. Generalmente estos grupos manifiestan como características que utilizan para el control de las relaciones de sus miembros con otras personas y otros grupos doctrinas falsas tales como:
• La doctrina de la “contaminación” cuyo postulado central es que si tenemos relaciones sociales con personas del mundo nos pueden contaminar y, por ello, perder la salvación, por lo cual es mejor aislarnos lo más posible.
• La doctrina de que fuímos “separados del mundo”, ya no somos del mundo, por lo tanto no tenemos por que tener relaciones de ningún tipo con el mundo, siendo lo mejor aislarnos en comunidades totalmente aisladas.
• La doctrina de que si no pertenecemos a determinado grupo o denominación, no somos salvos, o que si dejamos de pertenecer a ese grupo o denominación junto con la pérdida de la pertenencia también perdemos la salvación y nuestra relación con Dios.

Cualquier grupo u organización cristiana que manifieste alguno de estos síntomas u otros cuya finalidad sea separar a sus miembros de sus relaciones anteriores, aislarlos de los demás o limitarlos obligatoriamente en alguna área de su vida, está en peligro de convertirse en una secta, y por amor a Dios y a sus miembros, debería considerar sus caminos y volverse de todo corazón a los testimonios de Dios, pidiendo ayuda a otros miembros u organizaciones cristianas bíblicas para salir de esos errores.





¿Qué es una religión?

Es un grupo de personas organizado alrededor de un conjunto de normas de cumplimiento obligatorio por las cuales las personas pretenden acercarse a Dios o ganar su favor, exhibiendo su propia justicia y sus buenas obras como medio para ser recibidas por Dios, y por lo tanto, implica que las obras y el esfuerzo humano son la base primordial de la aceptación de la persona por Dios.

El cristianismo auténtico nunca puede ser una religión, por cuanto la aceptación de la persona por parte de Dios es en base a la gracia (un regalo, un don, inmerecidos) de parte de Dios (Efe 2:8-9), y Dios mismo nos dice que nuestras propias obras, las obras hechas en base a nuestro propio esfuerzo y para ganar méritos delante de El son obras muertas (Heb 6:1), son como trapos de inmundicia (Isa 64:6), son obras de maldad (Mat 7:21-23), aunque en su forma sean correctas.

La confusión en los grupos y/o denominaciones que convierten el cristianismo en religión gira alrededor del papel de las obras en la vida del creyente. La Palabra de Dios nos enseña que la fe sin obras es muerta (Sant 2.14-26) lo cual en ningún momento significa que somos salvos por las obras ya que la salvación no viene por las obras sino por gracia por medio de la fe en nuestro Señor Jesucristo (Efe 2:8-9). Las obras son consecuencia de la fe, no para ganar la salvación ni el favor de Dios sino como consecuencia de esa salvación, la gracia, la fe y el favor que ya tenemos con Dios, por cuanto al ser nacidos de nuevo como consecuencia de la salvación (2 Cor 5:17), nos convertimos en hechura de Dios, creados en Cristo Jesús para buenas obras las cuales El preparó de antemano para que anduviéramos en ellas (Efe 2.10).

La conversión del cristianismo en religión es uno de los más graves problemas, si no el mayor de ellos, que ha enfrentado la Iglesia en todas las edades, comenzando con los intentos de los judaizantes al principio de la Iglesia, el cristianismo post-Constantino que llevó a la separación de la iglesia en católicos y protestantes, y el legalismo en el presente de muchas denominaciones y grupos cristianos.


¿Qué es una filosofía?

La filosofía es, en esencia, amor al conocimiento mental, a ciertas ideas sobre las cuales se establece una actitud ante la vida, aunque ello no cambie sustancialmente nuestra manera de vivir. En el mundo hoy existen muchas ideas muy bonitas, producto del desarrollo de sistemas de pensamientos filosóficos, pero que no cambian a nadie, que en la teoría funcionan pero en la práctica no responden a sus postulados, porque no consideran el problema fundamental del corazón del ser humano, un corazón que solo tiende al mal a menos que esté bajo la dirección y transformación del Espíritu Santo. Por esa razón, los sistemas de pensamiento filosóficos se convierten en sistemas de ideales muy elevados que deben ser aplicados por corazones que no corresponden a esos ideales, con lo cual las ideas solo se quedan en postulados. De hecho, la Palabra de Dios, anticipándose a esos intentos del corazón del hombre por encontrar sistemas de principios y valores humanos separados de Dios, nos enseña en Prov 16:25 que hay caminos que a los seres humanos les parecen derechos en su propia opinión pero cuyo fin es muerte, maldad, destrucción, o en el mejor de los casos, nada.

En ese sentido, el cristianismo auténtico no es una filosofía, como tal, por cuanto que no es amor al conocimiento por el conocimiento en sí, ni es conocimiento mental. Es amor a una Persona maravillosa que nos imparte un conocimiento vital que transforma nuestras vidas. El objetivo no es el conocimiento sino la transformación de la calidad de vida de las personas.

De hecho, 2 Cor 3:6 claramente nos indica que el solo conocimiento mata, pero cuando el conocimiento va ungido por el Espíritu Santo, produce vida, y en 1 Cor 8:1 la Palabra también nos enseña que el conocimiento por sí mismo envanece, pero el amor (conocimiento práctico, conocimiento transformador, conocimiento orientado hacia Dios y hacia las personas) edifica.

El cristianismo auténtico es vida y vida transformada, fundamentada en una Persona que establece su morada en nuestro corazón desde donde emana Su vida transformadora hacia todo nuestro ser, produciendo personas con pensamientos, actitudes, sentimientos y acciones transformadas que ponen en práctica sus principios en los hechos cotidianos de la vida.


¿Qué es el cristianismo?

Es la transformación interna de una persona, que se manifiesta externamente en su forma de vida, como resultado de haber reestablecido una relación vital con su Creador por medio de Jesucristo (Jn 3:30, Gal 2.20). Es la búsqueda del Reino (gobierno, señorío) de Dios y Su justicia (carácter, fruto, relaciones, estilo de vida), (Mat 6:33), es decir, de un estilo de vida que abarca la vida total del ser humano: espíritu, alma y cuerpo (1 Tes 5:23), familiar, social, laboral, etc.

En consecuencia, el cristianismo es la restauración de una relación que implica un compromiso total con Dios (en todas las áreas de la vida) y una toma de posición total frente a la forma de vivir del mundo, Ello afecta o influye en todos los aspectos de la vida:
• El carácter, las actitudes y el estilo de vida.
• La forma de pensar y ver las cosas.
• La comprensión de la sociedad y del mundo que nos rodea.
• Las finanzas personales.
• Las relaciones interpersonales y las instituciones humanas en general.
• Nuestro propósito en el mundo.
• Toda la vida en general.

Por ello el salmista, en Sal 90:12 ora a Dios: “enséñanos a contar nuestros días, para adquirir sabiduría para vivir”. Lo que está orando en para adquirir perspectiva y profundidad para entender el propósito de la vida.

En Efe 1:17-19, Pablo ora por lo efesios en una dirección similar: que Dios les dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de El (conocerlo a El es básico para conocernos a cada uno de nosotros que somos hechos a su imagen, y ello implica, adquirir una nueva identidad) para entender cuál es la esperanza (propósito) al que El los ha llamado y cual la herencia que tienen con todos los santos (visión) y cuál el poder que opera en ellos (potencial).

Es decir, Dios nos provee de una nueva identidad para reorientar nuestras vidas en la búsqueda del cumplimiento de un propósito que El, como nuestro Creador, tiene para cada uno y para el cual nos ha equipado con un potencial que nos permite alcanzar una visión que El también nos imparte. Y todo ello se amalgama en una forma y estilo de vida particular, caracterizado por el desaparecimiento gradual del egoísmo y la manifestación creciente del amor y el servicio, enmarcado en los principios de la Palabra de Dios.

En conclusión, el cristianismo auténtico no es ni una secta, ni una religión, ni una filosofía, sino un estilo de vida que compartimos todos los creyentes, totalmente diferente al estilo de vida que prevalece en el mundo.

En este sentido, el pasaje de Rom 12:2 se convierte en una clave importante para nuestras vidas. En tres diferentes versiones de traducción, el pasaje nos instruye claramente:

(BL95): “No sigan la corriente del mundo en que vivimos, sino más bien transfórmense a partir de una renovación interior. Así sabrán distinguir cuál es la voluntad de Dios, lo que es bueno, lo que le agrada, lo que es perfecto.”

(DHH): “No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto.”

(PDT): “No vivan según el modelo de este mundo. Mejor dejen que Dios cambie su vida con una nueva manera de pensar. Así podrán saber lo que Dios quiere para ustedes y también lo que es bueno, perfecto y agradable a él.”

10 Nov 2008
Referencia: Estilo de vida.