ENFOCADOS. En Cristo todos tenemos una asignación.
EN CRISTO TODOS TENEMOS UNA FUNCIÓN, UNA ASIGNACIÓN.
(Servicio).
No somos salvos por hacer buenas obras, pero somos salvos para hacerlas.
Las buenas obras no nos salvan, ni nos hacen ser amados, bendecidos y aceptados por Dios (2Ti_1:9).
El único que nos salva y puede hacer que seamos amados, bendecidos y aceptados por Dios es Cristo Jesús (Rom_10:8-10, Jua_14:8, Hch_4:12).
Pero la salvación, porque implica que nacemos de nuevo (2Co_5:17, 1Pe_1:23) y recibimos una nueva naturaleza (2Pe_1:3-4), deriva en una nueva forma de vivir, haciendo lo bueno, que es lo mismo que hacer la voluntad de Dios (Efe_2:10, Mat_7:21).
Las buenas obras, hacer la Voluntad de Dios, son nuestro servicio a Dios, amándolo a Él y amando a nuestro prójimo (Stg_2:14-17)(Gal_5:6).
Esas obras fueron determinadas por Dios para nosotros aún antes de que naciéramos (Efe_2:10, Jer_1:5, Sal_139:13-16).
La salvación, implica el perdón de pecados y la transformación de nuestra vida en una vida de servicio; ambas son parte inseparable de la salvación (Isa_41:9-10).
El servicio, para ser agradable a los ojos de Dios, necesita ser el resultado de nuestra salvación.
Si no son el resultado de nuestra salvación, del amor de Cristo derramado en nuestros corazones (Rom_5:5), del agradecimiento y la obediencia a Dios, no son aceptables delante del Señor (Isa_64:6).
Nuestro servicio necesita ser el resultado, no de una obligación, sino de la profunda gratitud hacia Dios, nuestro Padre, que nos adoptó como Sus hijos; al Señor Jesucristo que nos salvo del infierno y la muerte eterna; y al Espíritu Santo que nos guía, ayuda, fortalece, etc. (1Co_13:1-3).
Fuimos salvados, sanados, restaurados, liberados, bendecidos, etc., no solamente para nosotros, sino para que con la bendición con que hemos sido bendecidos, bendigamos también a otros (Mat_10:8).
Una de las razones por las cuales necesitamos estar integrados y participando activamente en la Iglesia local es para cumplir de una forma práctica con nuestro llamado a servir a Dios y a otros (1Co_12:27-31).
Pero nuestro servicio también debe trascender los límites de la iglesia local y proyectarse en todos los ámbitos de nuestra vida: matrimonio, familia, trabajo, comunidad, sociedad (Mat_25:35-40)
El servicio es un resultado también de que el carácter de Cristo esté siendo formado en nosotros, y adicionalmente, el servicio también contribuye a que Su carácter sea formado en nosotros (Mar_10:42-45).
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Tema para reflexionar. El servicio no es opcional para nosotros los creyentes. Es un privilegio y un mandamiento.
Versículo para memorizar. Mat 10:8.
Pregunta para meditar. ¿Qué nos está impidiendo servir en la Iglesia (si aún no estoy sirviendo) o que nos está impidiendo servir aún más de lo que ya estamos haciendo.
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(Servicio).
No somos salvos por hacer buenas obras, pero somos salvos para hacerlas.
Las buenas obras no nos salvan, ni nos hacen ser amados, bendecidos y aceptados por Dios (2Ti_1:9).
El único que nos salva y puede hacer que seamos amados, bendecidos y aceptados por Dios es Cristo Jesús (Rom_10:8-10, Jua_14:8, Hch_4:12).
Pero la salvación, porque implica que nacemos de nuevo (2Co_5:17, 1Pe_1:23) y recibimos una nueva naturaleza (2Pe_1:3-4), deriva en una nueva forma de vivir, haciendo lo bueno, que es lo mismo que hacer la voluntad de Dios (Efe_2:10, Mat_7:21).
Las buenas obras, hacer la Voluntad de Dios, son nuestro servicio a Dios, amándolo a Él y amando a nuestro prójimo (Stg_2:14-17)(Gal_5:6).
Esas obras fueron determinadas por Dios para nosotros aún antes de que naciéramos (Efe_2:10, Jer_1:5, Sal_139:13-16).
La salvación, implica el perdón de pecados y la transformación de nuestra vida en una vida de servicio; ambas son parte inseparable de la salvación (Isa_41:9-10).
El servicio, para ser agradable a los ojos de Dios, necesita ser el resultado de nuestra salvación.
Si no son el resultado de nuestra salvación, del amor de Cristo derramado en nuestros corazones (Rom_5:5), del agradecimiento y la obediencia a Dios, no son aceptables delante del Señor (Isa_64:6).
Nuestro servicio necesita ser el resultado, no de una obligación, sino de la profunda gratitud hacia Dios, nuestro Padre, que nos adoptó como Sus hijos; al Señor Jesucristo que nos salvo del infierno y la muerte eterna; y al Espíritu Santo que nos guía, ayuda, fortalece, etc. (1Co_13:1-3).
Fuimos salvados, sanados, restaurados, liberados, bendecidos, etc., no solamente para nosotros, sino para que con la bendición con que hemos sido bendecidos, bendigamos también a otros (Mat_10:8).
Una de las razones por las cuales necesitamos estar integrados y participando activamente en la Iglesia local es para cumplir de una forma práctica con nuestro llamado a servir a Dios y a otros (1Co_12:27-31).
Pero nuestro servicio también debe trascender los límites de la iglesia local y proyectarse en todos los ámbitos de nuestra vida: matrimonio, familia, trabajo, comunidad, sociedad (Mat_25:35-40)
El servicio es un resultado también de que el carácter de Cristo esté siendo formado en nosotros, y adicionalmente, el servicio también contribuye a que Su carácter sea formado en nosotros (Mar_10:42-45).
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Tema para reflexionar. El servicio no es opcional para nosotros los creyentes. Es un privilegio y un mandamiento.
Versículo para memorizar. Mat 10:8.
Pregunta para meditar. ¿Qué nos está impidiendo servir en la Iglesia (si aún no estoy sirviendo) o que nos está impidiendo servir aún más de lo que ya estamos haciendo.
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21
Mar
2023