Estudio Bíblico

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Creciendo en la unidad.



Jua_17:20-23.

Jua_17_20. "Más no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos".
Nuestro privilegio de que toda la oración que Jesús pronuncia en este capítulo (y que es enseñanza a la vez) es por cada uno de nosotros (la intercesión permanente de Cristo por nosotros (Heb_7:24-25).
No podemos fallar.
A lo largo del capítulo, la oración de Jesús se ha ido extendiendo:
• Comienza orando por Él para su "enfrentamiento" con la pasión y la cruz.
• Después pasa a pedir por sus discípulos.
• Y finalmente ora por todos los creyentes de todas las tierras y las edades que llegarán a conocerle mediante el Evangelio.
Ello nos enseña dos características que también nosotros necesitamos:
• Su fe convertida en certeza:
○ En ese momento sus seguidores solo eran once.
○ Sabía que pronto lo abandonarían.
○ Pero ni por un momento dudo del alcance infinito y eterno del Evangelio.
• Su confianza en los discípulos y en nosotros, los que llegaríamos a creen en Él para llevar adelante esa expansión infinita y eterna del Evangelio.
○ Sabía que no llegaríamos a entenderle del todo, sabía que no llegaríamos a ser perfectos del todo, sabía que nos equivocaríamos, fallaríamos, pecaríamos, dudaríamos, etc.
Sin embargo Él en ningún momento dudo, en ningún momento perdió la fe, la convicción, la certeza, la confianza total de que íbamos a extender Su Nombre por todo el mundo.
Hasta aquí la oración es para que seamos santificados, para que cumplamos el propósito de la santificación y del carácter de Cristo en nosotros y el ministerio que Él nos ha dado.
Del siguiente versículo en adelante, hasta el final del capítulo, ora por la unidad de todos los creyentes y por la firmeza de la fe de todos los que llegaríamos a creer en Él (la enseñanza de la perseverancia de los creyentes).


Que todos seamos uno.
Que lo seamos en el Padre y en el Hijo (morir a nosotros mismos) (Jua_3:30, Mat_16:24, Col_1:27, Gal_2:20).
No una unidad en administración u organización.
Una unidad de relación personal, una unidad de amor en laobediencia (amarle a Él, Jua_14:15)
Los cristianos nunca nos vamos a organizar de la misma manera en todas partes, ni vamos a dar culto al Señor igual, ni vamos a llegar a creer exactamente las mismas cosas y de la misma manera.
Pero si podemos llegarnos a amar con el verdadero amor de Dios derramado en nuestros corazones, de tal manera que esas diferencias sean irrelevantes a los efectos del amor y la unidad.
Si no podemos llegar a amarnos de esa manera es porque amamos más a nuestras doctrinas, organizaciones, rituales, y por supuesto, las amamos por encima de Cristo.

Unidad en lo esencial (el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo).
Libertad en lo no esencial (según la madurez, el conocimiento, los dones y el propósito de cada uno).
Rechazar el error, no a la persona (juzgar la profecía, no al profeta; 1Co_14:29, 1Co_10:15).

Esta forma de amor es necesaria para que el mundo crea en Jesús como el enviado del Padre (sabrán que somos sus discípulos por el amor que nos tengamos los unos a los otros --Jua_13:35-- que produce la unidad).
La falta de unidad con otros creyentes en Cristo denota inmadurez, carnalidad, desobediencia, falta del carácter de Cristo y de la manifestación del fruto del Espíritu en nosotros, celos, envidias, etc. (1Co_3:3-4).

Todo lo que necesitamos para la unidad ya está en nosotros (Mat_13:31-32), solo necesitaos cuidarlo, regarlo, limpiarlo y dejarlo crecer.
• Regarla (con la Palabra y la comunión con el Espíritu Santo)
• Abonarla (con la oración).
• Limpiar el terreno (morir a nosotros mismos en todo aquello que nos impida la unidad (carnalidad).
○ No a la división, los celos, las iras, las contiendas, las dicenciones, los chismes, las críticas, las murmuraciones, los ataques, etc.
○ Aplicarnos más a permitir que el Espíritu Santo forme el carácter de Cristo en nosotros (2Co_3:18).
○ Aplicarnos más a ser dirigidos por el Espíritu Santo para que haga morir las obras de la carne en nosotros (Rom_8:13).
○ Alcanzar la perfección de la unidad (no en la carne) sino en el Espíritu por el Espíritu que mora en nosotros.
La falta de unidad hace que el mundo dude de Dios, de Cristo, del cristianismo.

06 Sep 2022
Referencia: Unidad, Jn 17.