Estudio Bíblico

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Palabra de Dios



PALABRA DE DIOS.



2 Sam 22:31
En cuanto a Dios, perfecto es su camino, y acrisolada la palabra de Jehová. Escudo es a todos los que en él esperan.

Mat 5:18.
Porque de cierto os digo que hasta que pasen el cielo y la tierra, ni una jota ni una tilde pasará de la ley, hasta que todo se haya cumplido.

2 Tim 3:16.
Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia,

Heb 4:12.
Porque la palabra de Dios es viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos; y penetra hasta partir el alma y el espíritu, las coyunturas y los tuétanos, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón.

Jn 5:39.
Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí;

Sal 1:1-3.
Bienaventurado el varón que no anduvo en consejo de malos, ni estuvo en camino de pecadores, ni en silla de escarnecedores se ha sentado; sino que en la ley de Jehová está su delicia, y en su ley medita de día y de noche. Será como árbol plantado junto a corrientes de aguas, que da su fruto en su tiempo, y su hoja no cae; y todo lo que hace, prosperará.

2 Ped 1:21.
porque nunca la profecía fue traída por voluntad humana, sino que los santos hombres de Dios hablaron siendo inspirados por el Espíritu Santo.

Sal 119:9.
¿Con qué limpiará el joven su camino? Con guardar tu palabra.

Sal 119:24.
Pues tus testimonios son mis delicias y mis consejeros.

Sal 119:49-50.
Acuérdate de la palabra dada a tu siervo, en la cual me has hecho esperar. Ella es mi consuelo en mi aflicción, porque tu dicho me ha vivificado.

Sal 119:59-60.
Consideré mis caminos, y volví mis pies a tus testimonios. Me apresuré y no me retardé en guardar tus mandamientos.

Sal 119:64-65.
De tu misericordia, oh Jehová, está llena la tierra; enséñame tus estatutos. Bien has hecho con tu siervo, oh Jehová, conforme a tu palabra. Enséñame buen sentido y sabiduría, porque tus mandamientos he creído. Antes que fuera yo humillado, descarriado andaba; mas ahora guardo tu palabra. Bueno eres tú, y bienhechor; enséñame tus estatutos.

Sal 119:72.
Mejor me es la ley de tu boca que millares de oro y plata.

Sal 119:77.
Vengan a mí tus misericordias, para que viva, porque tu ley es mi delicia.

Sal 119:89.
Para siempre, oh Jehová, permanece tu palabra en los cielos.

Sal 119:92-93.
Si tu ley no hubiese sido mi delicia, ya en mi aflicción hubiera perecido. Nunca jamás me olvidaré de tus mandamientos, porque con ellos me has vivificado.

Sal 119:98-101.
Me has hecho más sabio que mis enemigos con tus mandamientos, porque siempre están conmigo. Más que todos mis enseñadores he entendido, porque tus testimonios son mi meditación. Más que los viejos he entendido, porque he guardado tus mandamientos; de todo mal camino contuve mis pies, para guardar tu palabra.

Sal 119:103-105.
¡Cuán dulces son a mi paladar tus palabras! Más que la miel a mi boca. De tus mandamientos he adquirido inteligencia; por tanto, he aborrecido todo camino de mentira. Lámpara es a mis pies tu palabra, y lumbrera a mi camino.

Sal 119:111.
Por heredad he tomado tus testimonios para siempre, porque son el gozo de mi corazón.

Sal 119:114
Mi escondedero y mi escudo eres tú; en tu palabra he esperado.

Sal 119:116-117.
Susténtame conforme a tu palabra, y viviré; y no quede yo avergonzado de mi esperanza. Sosténme, y seré salvo, y me regocijaré siempre en tus estatutos.

Sal 119:130.
La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples.

Sal 119:133.
Ordena mis pasos con tu palabra, y ninguna iniquidad se enseñoree de mí.

Sal 119:137-138.
Justo eres tú, oh Jehová, y rectos tus juicios. Tus testimonios, que has recomendado, son rectos y muy fieles.

Sal 119:140.
Sumamente pura es tu palabra, y la ama tu siervo.

Sal 119:142.
Tu justicia es justicia eterna, y tu ley la verdad.

Sal 119:144.
Justicia eterna son tus testimonios; dame entendimiento, y viviré.

Sal 119:147-149.
Me anticipé al alba, y clamé; esperé en tu palabra. Se anticiparon mis ojos a las vigilias de la noche, para meditar en tus mandatos. Oye mi voz conforme a tu misericordia; oh Jehová, vivifícame conforme a tu juicio.

Sal 119:151-157.
Cercano estás tú, oh Jehová, y todos tus mandamientos son verdad. Hace ya mucho que he entendido tus testimonios, que para siempre los has establecido. Mira mi aflicción, y líbrame, porque de tu ley no me he olvidado. Defiende mi causa, y redímeme; vivifícame con tu palabra. Lejos está de los impíos la salvación, porque no buscan tus estatutos. Muchas son tus misericordias, oh Jehová; vivifícame conforme a tus juicios. Muchos son mis perseguidores y mis enemigos, mas de tus testimonios no me he apartado.

Sal 119:160.
La suma de tu palabra es verdad, y eterno es todo juicio de tu justicia.

Sal 119:163-165.
La mentira aborrezco y abomino; tu ley amo. Siete veces al día te alabo a causa de tus justos juicios. Mucha paz tienen los que aman tu ley, y no hay para ellos tropiezo.

Sal 119:172.
Hablará mi lengua tus dichos, porque todos tus mandamientos son justicia.

Sal 119:174-175.
He deseado tu salvación, oh Jehová, y tu ley es mi delicia. Viva mi alma y te alabe, y tus juicios me ayuden.



28 Jul 2008