Estudio Bíblico

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Jn 17:9. La oración Sumo Sacerdotal de Cristo y predestinación



Jn 17:9. “Yo ruego por ellos; no ruego por el mundo, sino por los que me diste; porque tuyos son,”

"Los que me diste, tuyos son".
Otra vez la doctrina de la predestinación (en forma sutil).
Una de las más controversiales.
A muchos no les gusta (orgullo) pero es absolutamente bíblica (Efe_1:5, Efe_1:11, 1Pe_1:2, Apo_17:14).
Fue enseñada por Jesús, Pablo y Pedro (por boca de dos o tres testigos) (2Co_13:1, Deu_19:15, Mat_18:16, 1Ti_5:19).

¿En que consiste la predestinación?
Una de las doctrinas de la gracia, derivada de la Reforma Protestante (desarrollada por Calvino).
Predestinación: estar determinado con antelación y conocer el destino de una persona o cosa.
Dios desde la eternidad determinó la vida de cada uno de los hombres, ordenando a unos para vida eterna y a otros para condenación (Rom_11:7-8, Rom_9:14-16, Rom_9:18, Rom:):
Decisión de Dios (justo, santo, bueno, perfecto, etc.), no hace nada injusto.
Que no entendamos no quiere decir que sea injusto.
Confiar en Su decisión. (Isa_55:8-9).

Implica o se relaciona con otros temas bíblicos:
La Omnisciencia de Dios: Dios sabe todas las cosas desde antes de la fundación del mundo (pasado, presente y futuro); son así por un decreto de Él, desde antes de la fundación del mundo.
La Soberanía de Dios: Dios hace lo que quiere y como quiere (nada puede ser malo).
La Providencia de Dios: Dios, sin violentar la voluntad humana, influye en todas las circusntancias de la vida para que Su Voluntad sea cumplida tal como Él lo ha establecido (Sal_138:8).
La responsabilidad humana. Aunque el hombre sea predestinado (la persona no tiene forma de saberlo hasta que se concreta o la salvación o la condenación), es responsable delante de Dios por sus acciones. (Deu_30:19-20).
La predestinación y soberanía de Dios operan conjuntamente con la responsabilidad humana (aunque nuestra mente no lo pueda comprender).
Una corresponde a la determinación, control y responsabilidad de Dios de todas las cosas (la voluntad soberana de Dios).
La otra corresponde a la determinación, control y responsabilidad del ser humano de todas las decisiones y hechos de su vida (la voluntad humana).
Lo que nos corresponde no es discutir con Dios (Jer_18:6, Rom_9:21) sino agradecer y estar siempre gozosos (1Te_5:16, 1Te_5:18).

"Ruego por los que me diste".
Nos recuerda algo que Jesús hace por nosotros todos los días: interceder (Heb_7:22-25), y lo hace juntamente con el Espíritu (Rom_8:26-27).
Fuéramos salvos.
Permanezcamos firmes en la fe.
Haciendo la voluntad del Padre.
Cumpliendo Sus propósitos.
Ante una intercesión tan poderosa, no podemos fallar.

Nuestro Sumo Sacerdote.
Murió por nosotros para el perdón de pecados y la vida eterna.
Por él tenemos libre acceso al trono de la gracia (Heb_4:16) para el oportuno socorro.
La seguridad de nuestra salvación (si verdaderamente fuimos salvos).
La seguridad de una vida resguardada (1Pe_5:10), bendecida y plena en Cristo (Efe_1:3-8).

Otra cosa: somos pertenencia de Dios (nos compro con la Sangre de Cristo).
Liberados de cualquier derecho del diablo, el mundo y la carne sobre nosotros (1Pe_1:18-19).
Fuimos comprados no como cosa, para ser hijos y vivir como hijos (antes vivíamos como hijos del diablo (Jua_8:44).
Para Él somos valiosos.

Nuestro precio nadie lo podrá pagar (y el Padre no estará jamás dispuesto a vendernos, Rom_8:37-39).
Nada ni nadie nos puede arrebatar de Él (Sal_100:3).
Que nuestra vida es tan valiosa como para volvernos a revolcar en el pecado.

Nuestra respuesta a todo ello:
Agradecimiento y gozo (ya lo habíamos mencionado).
Andar como es digno de Él (Col_1:10, Rom_12:2, 1Te_4:3, Rom_8:28-29, Mat_7:21).
Vivir en dependencia de Él (Sal_121:1-8, Sal_123:2).
Vivir para Su propósito y para Su Gloria (Efe_2:10, Col_3:23-24).

19 Jul 2022