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Humildad



HUMILDAD.


Sal 10:17.
El deseo de los humildes oíste, oh Jehová; tú dispones su corazón, y haces atento tu oído,

Sal 22:26.
Comerán los humildes, y serán saciados; alabarán a Jehová los que le buscan; vivirá vuestro corazón para siempre.

Sal 25:9.
Encaminará a los humildes por el juicio, y enseñará a los mansos su carrera.

Sal 138:6.
Porque Jehová es excelso, y atiende al humilde, más al altivo mira de lejos.

Sal 147:6.
Jehová exalta a los humildes, y humilla a los impíos hasta la tierra.

Sal 149:4.
Porque Jehová tiene contentamiento en su pueblo; hermoseará a los humildes con la salvación.

Prov 11:2.
Cuando viene la soberbia, viene también la deshonra; más con los humildes está la sabiduría.

Prov 15:33.
El temor de Jehová es enseñanza de sabiduría; y a la honra precede la humildad.

Prov 16:19.
Mejor es humillar el espíritu con los humildes que repartir despojos con los soberbios.

Prov 22:4.
Riquezas, honra y vida son la remuneración de la humildad y del temor de Jehová.

Prov 29:23.
La soberbia del hombre le abate; pero al humilde de espíritu sustenta la honra.

Isa 29:19.
Entonces los humildes crecerán en alegría en Jehová, y aun los más pobres de los hombres se gozarán en el Santo de Israel.

Isa 57:15.
Porque así dijo el Alto y Sublime, el que habita la eternidad, y cuyo nombre es el Santo: Yo habito en la altura y la santidad, y con el quebrantado y humilde de espíritu, para hacer vivir el espíritu de los humildes, y para vivificar el corazón de los quebrantados.

Isa 66:2.
Mi mano hizo todas estas cosas, y así todas estas cosas fueron, dice Jehová; pero miraré a aquel que es pobre y humilde de espíritu, y que tiembla a mi palabra.

Mat 11:28-30.
Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar. Llevad mi yugo sobre vosotros, y aprended de mí, que soy manso y humilde de corazón; y hallaréis descanso para vuestras almas; porque mi yugo es fácil, y ligera mi carga.

Luc 1:52.
Quitó de los tronos a los poderosos, y exaltó a los humildes.

Rom 12:16.
Unánimes entre vosotros; no altivos, sino asociándoos con los humildes. No seáis sabios en vuestra propia opinión.

2 Cor 7:6.
Pero Dios, que consuela a los humildes, nos consoló con la venida de Tito;

Fil 2:3-8.
Nada hagáis por contienda o por vanagloria; antes bien con humildad, estimando cada uno a los demás como superiores a él mismo; no mirando cada uno por lo suyo propio, sino cada cual también por lo de los otros. Haya, pues, en vosotros este sentir que hubo también en Cristo Jesús, el cual, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo, tomando forma de siervo, hecho semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, y muerte de cruz.

Col 3:12-14.
Vestíos, pues, como escogidos de Dios, santos y amados, de entrañable misericordia, de benignidad, de humildad, de mansedumbre, de paciencia; soportándoos unos a otros, y perdonándoos unos a otros si alguno tuviere queja contra otro. De la manera que Cristo os perdonó, así también hacedlo vosotros. Y sobre todas estas cosas vestíos de amor, que es el vínculo perfecto.

Sant 4:6.
Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.

1 Ped 5:5.
Igualmente, jóvenes, estad sujetos a los ancianos; y todos, sumisos unos a otros, revestíos de humildad; porque: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes.


18 Jul 2008
Referencia: Humildad.