Estudio Bíblico

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La Epístola a los Efesios (8). Las dos dimensiones de la vida eterna (Efe 1:18).



Efe 1:18. Las dos dimensiones de la vida eterna.

La esperanza a la que Él nos ha llamado es la vida eterna, pero no una vida eterna como la conciben la mayoría: que comienza hasta que partimos de esta vida terrenal a estar con el Padre, sino la vida eterna que comienza en el momento mismo de nuestra salvación en Cristo Jesús. La eternidad tiene dos dimensiones: la eternidad en la tierra (presente) y la eternidad futura. (1 Jn 5:11-13) (Col 1:27) (2 Ped 1:3-4).

La renovación de nuestra mente, la transformación (salvación) de nuestra alma por la Palabra de Dios (Cristo en nosotros) y la comunión del Espíritu Santo crecientes, nos van haciendo cada día más sensibles y receptivos a todas esas bendiciones, principalmente a aquellas que no vemos como tales (carácter, fruto del Espíritu, negación del yo, obediencia, santificación, temor de Dios, arrepentimiento, etc.). (2 Ped 1:5-12).

En este pasaje vemos varias enseñanzasimportantes, que necesitamos interiorizar, atesorar en nuestro corazón y poner en práctica para vivir una creciente plenitud de vida eterna desde ahora en la tierra.

UNO. Necesitamos ser diligentes. La vida cristiana no es una vida de “esperar en el Señor” pasivamente como muchos la entienden, sino de una espera activa, haciendo lo que está a nuestra mano hacer y dejando el resto en las manos de Dios. (Ecle 9:10) (2 Tim 2:1) (Jos 1:7-8)(Mat 6:33) (Mat 11:12, BAD).

DOS. Necesitamos añadir a vuestra fe virtud, conocimiento, dominio propio, paciencia, piedad, afecto fraternal y amor. La vida cristiana es una vida, no de ignorancia, sino de crecimiento en el conocimiento del Padre y de Jesucristo (eternos, infinitos). (Ose 4:6)(Col 1:10):

Notemos que no se trata de añadir acciones (hacer) sino cuestiones de carácter que implican una transformación de la vieja manera de ser, para revestirnos de una nueva. (Efe 4:22-24).

TRES. Si estas cosas están en nosotros, y abundan, no nos dejarán estar ociosos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo (la vida eterna), lo que implica no solo conocimiento sino el resultado de ese conocimiento que es bendición, abundancia, plenitud, prosperidad, bienestar, shalom, en todas las áreas y circunstancias de nuestra vida, pero el que no las tiene, tiene la vista muy corta; es ciego (no está viviendo más que la vida eterna básica, mínima, aquí en la tierra, y posiblemente le sucederá lo mismo en la eternidad). Y además de ello, permaneceremos firmes frente a todas las acechanzas del diablo y en el día malo.

CUATRO. De esta manera nos será otorgada amplia y generosa entradaen el reino eterno de nuestro Señor y Salvador Jesucristo. (Jn 14:2)(1 Cor 3:11-15) (Jn 3:3-5)(Mat 7:21).

CINCO. Por esto, no debemos dejar de recordarlesa nuestros hermanos en la fe (y a quienes no conocen a Cristo) siempre estas cosas, aunque las sepan. A unos para que se mantenga firmes, y a otros para que se vuelvan al Señor de todo corazón y tengan vida eterna. El ministerio no se trata de predicar novedades o de cosas que gusten al oído de las personas; se trata de enseñarles y recordarles la Palabra de Dios para que tengan el mayor y más amplio acceso al Reino de Dios y a todas sus bendiciones(no solo las que las atraigan sino las que necesitan oír para vivir la vida eterna, no la terrenal).

Junto con la vida eterna, como ya mencionamos anteriormente, nos han sido dadas todas las cosas que pertenecen a la vida y a la piedad, es decir, las riquezas de la gloria de Su Graciapara con nosotros, Sus hijos (exclusivamente para Sus hijos), que son de dos tipos: las que comenzamos a experimentar de manera creciente en la vida terrenal y se perfeccionaran totalmente cuando lleguemos a la presencia del Padreuna vez partamos de esta vida, y las que se nos agregaran como parte de la eternidad futura. Muchas de esas riquezas de la Su Gracia hoy no las vemos como talesporque el diablo ha levantado en nuestra mente fortalezas, argumentos falsos y mentiras que necesitamos destruir para verlas tal como Dios las ve y las diseñó y son realmente para nosotros. (2 Cor 10:4-5).

18 Mar 2022