Estudio Bíblico

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La Epístola a los Efesios (2). Efe 1:4 5. Elegidos, adoptados y predestinados



Efe 1:4.
• La escogencia implica uno entre por lo menos dos (o muchos). La elección no fue, de ninguna manera y por ninguna circunstancia, por nuestros merecimientos, buenas obras, cualidades, etc. Es solamente por gracia, y en todo caso, más bien por lo contrario (1Co_1:26-31)
• Lo que ya somos posicionalmente (Efe 1.1: santos y sin mancha), indudablemente, sin lugar a dudas, lo vamos a llegar a ser para real y totalmente cuando lleguemos a la presencia del Señor (Fil 1:6). Que de ello no nos quepa ni la menor duda.
• Lo vamos a llegar a ser por obediencia voluntaria o por los procesos disciplinarios de Dios, ambas cosas derivadas de la acción del Espíritu Santo en nuestras vidas y en nuestros corazones. El propósito de Dios se va a cumplir en nuestras vidas, si o si (Sal 138:8).
• Sal_139:13-16, Efe 2:10.

Efe 1:5.
1) Todo lo que Dios ha hecho, hace y hará en nuestras vidas es por Amor (Misericordia, Gracia, Favor, Benignidad, Bondad, Magnanimidad, Paciencia, etc.). Nada es por nuestro merecimiento, obras, características, cualidades, etc. De hecho, delante de Él, Dios y Padre Perfecto, nosotros no llenamos ni la medida mínima de lo que Él es, Nuestra imperfección (aún como salvos, no digamos antes, como pecadores) no nos hacía merecedores de nada de parte de Él sino solo de la muerte como la paga por nuestros pecados. Es por Gracia para que nadie se jacte en su presencia de absolutamente nada: de lo pasado, ni de lo presente, ni de lo por venir.
2) Predestinación: conocernos anticipadamente. Dios primero nos pensó, después determinó todos los hechos posteriores de nuestra vida. Ello significa que nuestra vida fue y es lo que Dios determinó que fuera para que por ello llegáramos al conocimiento de Él (Hch 17:26) y al pleno cumplimiento de Su Propósito (Sal 138:8) y de Sus planes de bien para darnos un futuro y una esperanza (Jer 29:11) y llevar nuestra vida como la luz de la aurora, en aumento hasta que sea perfecta (Prov 4:18, Fil 1:6).
• Nos predestinó antes de que fuera determinado nuestro nacimiento y de nuestras obras, y por lo tanto, independientemente de la respuesta que íbamos a tener hacia Dios; de hecho la respuesta a Dios es el resultado de la predestinación, y no al revés; igualmente nuestras obras son el resultado de la predestinación, no al revés.
• Dios desde la eternidad determinó lo que iba a hacer con cada uno de nosotros y de sus criaturas y creaciones.
• Ordenó a unos para la vida eterna y a otros para condenación perpetua, de acuerdo al fin y condición para el que fueron creadas. Y todo ello no solo bajo el designio de la predestinación sino también de Su Santidad, de Su Bondad, de Su Justicia, de su Santidad, de Su Perfección, etc.
• Concierne a la decisión de Dios que no hace nada injusto (Su Voluntad es la regla suprema de toda justicia). Dios siendo Bondad y Justicia es su propia ley para sí mismo, es la Ley de todas las leyes.
• Esta es una enseñanza que está en la Palabra de Dios y nos guste o no, nos parezca o no, la creamos o no, no la podemos negar. Hoy en parte conocemos y en parte desconocemos, los caminos de Dios y sus pensamientos son más altos que los nuestros, y aunque no los entendamos hoy, posteriormente los entenderemos y nos daremos cuenta de la Bondad, Santidad y Perfección de Dios y de Sus planes.
• Si es evidente que fuimos predestinados lo que nos toca es darle infinitas gracias a Dios por ello. Y si aún no tenemos la evidencia de que fuimos predestinados, lo que nos toca es buscar al Señor de todo corazón, reconociéndonos pecadores, necesitados de la Justicia de Cristo que derrotó al diablo despojándolo de todo derechos sobre nosotros pagando en la Cruz la condena que nos hubiera tocado a nosotros pagar por nuestros pecados (la muerte eterna).

18 Mar 2022