La Epístola de Judas (3). La apostasía de los últimos tiempos.
Modo de operación.
Entran encubiertamente. (2 Ped 2:1).
Manchas en nuestras reuniones, comiendo impúdicamente. (1 Cor 5:11). (2 Ped 2:13).
Comparaciones.
Nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos: sin Palabra de Verdad. (2 Ped 2:17).
Árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados: como habían renegado de su fe (posiblemente su fe era una fe mental, no una fe real, una apariencia de piedad, pero sin frutos), y no se arrepintieron, no solo murieron como pecadores antes de conocer la fe, sino que volvieron a morir al regresar al pecado. Sin el fruto del Espíritu.
Fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza: la hacen aumentar. (Rom 1:32).
Estrellas errantes: sin una visión, sin una dirección firme, llevados por sus emociones, pensamientos, intereses, concupiscencias.
Destino (si no se arrepienten).
Desde antes habían sido destinados para esta condenación. (2 Ped 2:20-22).
Para ellos está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. (Jud 5-7).(Jud 14-15).
Estaban advertidos de ello y aun así no se arrepienten porque tienen el corazón endurecido por el pecado prefieren el pecado en lo temporal y no les importa o creen que de alguna manera no les llegará la condenación eterna (están totalmente engañados, recordemos que el mentiroso se llega a creer sus propias mentiras). (Jud 17-18).
Se olvidan de que a Dios no se le puede engañar de ninguna manera:
• El único juicio posible para ellos será la condenación eterna en el infierno.
• Dios es fuego consumidor y jabón de lavadores (Mal 3:2).
• Es amor, pero también santidad y justicia.
• Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo (Heb 10:31).
La cuádruple referencia a la iniquidad del versículo 15 denota la característica principal de los apóstatas: falta de reverencia y de obediencia a Dios, y falta de arrepentimiento genuino (pueden ser como Saúl cuando fue despojado del Reino por Dios a través de Saúl: solo apariencia, pero no esencia).
Jud 20-23.
Nosotros frente al error, la herejía y la apostasía.
Nosotros: no tener temor.
Necesitamos mantenernos firmes en el Señor, en Su Palabra y en la comunión del Espíritu Santo, ellos nos guiarán a toda verdad. (Jud 20-21).
La verdadera fe se fundamenta en Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) tal como nos los presenta TODA LA ESCRITURA y en la doctrina de los Apóstoles (los escritos del Nuevo Testamento, de los Evangelios a Apocalípsis), recordemos que Jesús es la Palabra de Dios, el Verbo de Dios. (Jn 1:1, 14)( Apo 19:13).
Orando (teniendo comunión) con el Espíritu Santo y confiando en Su Poder, siendo guiados por Él. (Jn 15:26) (Jn 16:13) (Rom 8:14).
Confiados plenamente en el Señor. (2 Ped 2:9) (Efe 6:11-13).
¿Cómo tratar con ellos?
Obviamente hay que buscar las oportunidades para testificarles de la Palabra de Dios, bajo la dirección del Espíritu Santo, para que conozcan la Verdad y sean libres.(Jn 8:31-32).
Pero de allí en adelante, hay que tener un trato diferenciado según el caso de que se trate; necesitamos evaluar de que tipo de personas se trata con la ayuda y dirección del Espíritu Santo: (Jud 22-23).
Personas en error: está equivocada en algunos puntos de doctrina bíblica, pero ha nacido de nuevo, tiene una verdadera devoción a Dios, busca ser perfeccionada cada día en Cristo y obedecer Su Palabra. Son personas sinceras que dudan, están confundidas y merecen compasión. Para ellos es el convencerlos con la Palabra de Dios de sus errores.
Personas que están siguiendo alguna herejía: están en una incredulidad más profunda y necesitan con urgencia ser rescatadas de ella. A ellos hay que procurar traerlos a la salvación en Cristo, arrebatándolos del fuego, convenciéndolos con la Palabra de Dios de sus herejías y del peligro de ellas.
Personas que son discípulos de apóstatas: con cuidado necesitamos tener compasión de ellos. También para ellos aplica procurar traerlos a la salvación en Cristo, arrebatándolos del fuego, convenciéndolos con la Palabra de Dios de su apostasía y del peligro de ella.
Maestros apóstatas: tener compasión de ellos, pero alejarnos lo más que podamos, salvo cuando seamos guiados por el Señor a testificarles: tener misericordia con temor, aborreciendo aún la ropa contaminada por su carne.
Jud 24:25.
Una de las más hermosas y poderosas despedidas de todas las Epístolas.
Nos recuerda que Dios es Todopoderoso para guardarnos sin caída, y toda la Biblia es una manifestación de su Omnipotencia a favor de Su pueblo, Israel, y de Su familia, la Iglesia. Por lo tanto, podemos estar confiados que si estamos bajo su abrigo: comunión, dirección y obediencia, estaremos seguros de no caer ni en el error, ni en la herejía, ni en la apostasía.
Eso no puede producir en nosotros más que gozo y agradecimiento: Su cuidado, Su protección, Su transformación, nuestra santificación y glorificación delante de Él.
Y todo ello, frente y a pesar de todas las mentiras de la apostasía.
Entran encubiertamente. (2 Ped 2:1).
Manchas en nuestras reuniones, comiendo impúdicamente. (1 Cor 5:11). (2 Ped 2:13).
Comparaciones.
Nubes sin agua, llevadas de acá para allá por los vientos: sin Palabra de Verdad. (2 Ped 2:17).
Árboles otoñales, sin fruto, dos veces muertos y desarraigados: como habían renegado de su fe (posiblemente su fe era una fe mental, no una fe real, una apariencia de piedad, pero sin frutos), y no se arrepintieron, no solo murieron como pecadores antes de conocer la fe, sino que volvieron a morir al regresar al pecado. Sin el fruto del Espíritu.
Fieras ondas del mar, que espuman su propia vergüenza: la hacen aumentar. (Rom 1:32).
Estrellas errantes: sin una visión, sin una dirección firme, llevados por sus emociones, pensamientos, intereses, concupiscencias.
Destino (si no se arrepienten).
Desde antes habían sido destinados para esta condenación. (2 Ped 2:20-22).
Para ellos está reservada eternamente la oscuridad de las tinieblas. (Jud 5-7).(Jud 14-15).
Estaban advertidos de ello y aun así no se arrepienten porque tienen el corazón endurecido por el pecado prefieren el pecado en lo temporal y no les importa o creen que de alguna manera no les llegará la condenación eterna (están totalmente engañados, recordemos que el mentiroso se llega a creer sus propias mentiras). (Jud 17-18).
Se olvidan de que a Dios no se le puede engañar de ninguna manera:
• El único juicio posible para ellos será la condenación eterna en el infierno.
• Dios es fuego consumidor y jabón de lavadores (Mal 3:2).
• Es amor, pero también santidad y justicia.
• Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo (Heb 10:31).
La cuádruple referencia a la iniquidad del versículo 15 denota la característica principal de los apóstatas: falta de reverencia y de obediencia a Dios, y falta de arrepentimiento genuino (pueden ser como Saúl cuando fue despojado del Reino por Dios a través de Saúl: solo apariencia, pero no esencia).
Jud 20-23.
Nosotros frente al error, la herejía y la apostasía.
Nosotros: no tener temor.
Necesitamos mantenernos firmes en el Señor, en Su Palabra y en la comunión del Espíritu Santo, ellos nos guiarán a toda verdad. (Jud 20-21).
La verdadera fe se fundamenta en Dios (Padre, Hijo y Espíritu Santo) tal como nos los presenta TODA LA ESCRITURA y en la doctrina de los Apóstoles (los escritos del Nuevo Testamento, de los Evangelios a Apocalípsis), recordemos que Jesús es la Palabra de Dios, el Verbo de Dios. (Jn 1:1, 14)( Apo 19:13).
Orando (teniendo comunión) con el Espíritu Santo y confiando en Su Poder, siendo guiados por Él. (Jn 15:26) (Jn 16:13) (Rom 8:14).
Confiados plenamente en el Señor. (2 Ped 2:9) (Efe 6:11-13).
¿Cómo tratar con ellos?
Obviamente hay que buscar las oportunidades para testificarles de la Palabra de Dios, bajo la dirección del Espíritu Santo, para que conozcan la Verdad y sean libres.(Jn 8:31-32).
Pero de allí en adelante, hay que tener un trato diferenciado según el caso de que se trate; necesitamos evaluar de que tipo de personas se trata con la ayuda y dirección del Espíritu Santo: (Jud 22-23).
Personas en error: está equivocada en algunos puntos de doctrina bíblica, pero ha nacido de nuevo, tiene una verdadera devoción a Dios, busca ser perfeccionada cada día en Cristo y obedecer Su Palabra. Son personas sinceras que dudan, están confundidas y merecen compasión. Para ellos es el convencerlos con la Palabra de Dios de sus errores.
Personas que están siguiendo alguna herejía: están en una incredulidad más profunda y necesitan con urgencia ser rescatadas de ella. A ellos hay que procurar traerlos a la salvación en Cristo, arrebatándolos del fuego, convenciéndolos con la Palabra de Dios de sus herejías y del peligro de ellas.
Personas que son discípulos de apóstatas: con cuidado necesitamos tener compasión de ellos. También para ellos aplica procurar traerlos a la salvación en Cristo, arrebatándolos del fuego, convenciéndolos con la Palabra de Dios de su apostasía y del peligro de ella.
Maestros apóstatas: tener compasión de ellos, pero alejarnos lo más que podamos, salvo cuando seamos guiados por el Señor a testificarles: tener misericordia con temor, aborreciendo aún la ropa contaminada por su carne.
Jud 24:25.
Una de las más hermosas y poderosas despedidas de todas las Epístolas.
Nos recuerda que Dios es Todopoderoso para guardarnos sin caída, y toda la Biblia es una manifestación de su Omnipotencia a favor de Su pueblo, Israel, y de Su familia, la Iglesia. Por lo tanto, podemos estar confiados que si estamos bajo su abrigo: comunión, dirección y obediencia, estaremos seguros de no caer ni en el error, ni en la herejía, ni en la apostasía.
Eso no puede producir en nosotros más que gozo y agradecimiento: Su cuidado, Su protección, Su transformación, nuestra santificación y glorificación delante de Él.
Y todo ello, frente y a pesar de todas las mentiras de la apostasía.
17
Mar
2022