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Re-conociendo al Espíritu Santo.



Re-Conociendo al Espíritu Santo.
 
 
No es una unción, una fuerza, un poder. Es una Persona, “otro Consolador, ayudador” como Jesús, que nos es conveniente.
v Luc 4:18-19. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; aponer en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.”
v Hch 1:8. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
 
 
Manifiesta características propias de una persona. Siente (anhela, se contrista), piensa (sabiduría, consejo, inteligencia), tiene voluntad (dirige, enseña, intercede), convence.
v Sant 4:5. “¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?”
v Efe 4:30. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
v Isa 11:2. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;”
v Jn 16:8. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
v Jn 16:13-14. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
 
 
No es la tercera persona de la Trinidad. Es una Persona igual al Padre e igual al Hijo (“otro Consolador”, otro del mismo género).
v Sal 139:7. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
v Jn 14:16-18. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.
 
 
No es una promesa, es LA PROMESA (Hch 2:38-39, Gal 3:14) del Padre para nosotros, los creyentes en Cristo, lo que implica que el Espíritu Santo es, después de Cristo y la Salvación que tenemos en Él, y junto con Él porque vienen a nosotros juntos, la mayor y mejor promesa de todas las que Dios nos ha dado, y además, al tenerlo a El, nos guía para alcanzar todas las demás promesas de Dios para nosotros (Mat 6:33).
v Hch 2:38-39. “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”
v Gal 3:13-14. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”
v Heb 8:10-12. “Por lo cual, éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.”
v Heb 10:15-17. “Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.”
v Jn 14:15-16. “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (ayudador), para que esté con vosotros para siempre:”
v Jn 16:13-14. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
v Jos 1:8. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”


El es Dios: Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente (Espíritu Santo, Espíritu de Dios, Espíritu de Cristo).
v Sal 139:1-16. “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
v Isa 11:2. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.”
 
 
El es la Plenitud de Dios.
v Col 2:9. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,”
v Jn 1:16. “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.”
v Jn 16:13-15. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
 
 
El es el enviado del Cielo para estar en nosotros y con nosotros siempre.
v 1 Ped 1:12. “A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”
v Jn 14:16. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:”
v Jn 14:26. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
v Jn 16:7. ·Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.”
 
 
Nos guía a toda verdad, nos enseña lo que está por venir, nos muestra todo lo de Dios para nosotros (Sus planes, Sus propósitos, Su buena voluntad, agradable y perfecta, etc.) (1 Cor 2:9-12).
v Jn 16:13-15. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
v 1 Cor 2:9-12. “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,”
 
 
Es nuestro pleno Ayudador, todo lo que necesitamos.
v Jn 14:15-17. “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (Parakleto) para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
La palabra que al español se traduce “Consolador” es la palabra griega “Parakleto”, cuyos significados van mucho más allá de solo Consolador como podría sugerir la traducción. El “Parakleto” es alguien que cumple con, por lo menos, las siguientes actividades:
v Intercesor.
v Consolador, dar vigor, confortar, aliviar la pena o aflicción.
v Abogado, defensor.
v Consejero, un experto que se llama frente a una dificultad para que aconseje, que está de nuestra parte obrando por nosotros y con nosotros.
v Uno que es llamado al lado para ayudarnos, ayudante, auxiliador.
v Amigo, alentador. dar vigor, confortar, aliviar la pena o aflicción.
v Alguien que suprime nuestra incapacidad y nos capacita para poder con la vida.

07 Abr 2016