El cristianismo: relacional.
El cristianismo no es una religión.
Si el cristianismo fuera una religión, en la Biblia lo más importante fuera la enseñanza de la doctrina, lo cúltico, el ritualismo, lo organizacional. Aunque la Biblia contiene algo de esto, no es el contenido fundamental ni mayoritario de ella.
El cristianismo no es una relación.
Si el cristianismo fuera una relación, no sería necesario un libro tan largo. Bastaría con unas cuantas páginas que nos enseñaran como establecer y mantener una relación con Cristo y eso sería suficiente.
El cristianismo es un estilo de vida consistentes en establecer y desarrollar RELACIONES JUSTAS.
Esas relaciones justas comienzan con restaurar la justicia en nuestra relación con Dios, por lo cual Dios envió a Cristo a morir por nuestros pecados para que Su justicia nos pudiera ser asignada (imputada) de una vez y para siempre.
En segundo lugar, necesitamos mantener la justicia en esa relación, para lo cual el Señor nos envía Su Espíritu Santo para que nos enseñe y nos guíe como mantenerla, e incluso como restaurarla cuando por alguna razón es rota por causa del pecado (Dios también hizo provisión para cuando pecáramos: si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad, 1 Jn 1:9-10).
En tercer lugar, debido a la nueva naturaleza que recibimos cuando somos salvos, y por la presencia del Espíritu Santo en nosotros y el amor de Dios derramado en nuestros corazones somos habilitados para restaurar la justicia en nuestras relaciones con otros, y establecer nuevas relaciones con otros en base a la justicia.
La Biblia nos enseña los tres aspectos fundamentalmente: el camino para restaurar y desarrollar nuestra relación con Dios, y los principios, valores, mandamientos, estatutos y preceptos que implican el establecimiento y el mantenimiento de relaciones justas con los demás.
Esa y solo esa es la razón de ser del Cristianismo. Todo lo demás que pensemos que es, es pura añadidura. Prueba de ello es la profusa enseñanza de la Biblia acerca de:
Mat 6:33: que busquemos el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura.
Rom 14:17: el Reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
1 Jun 4:8: que Dios es amor.
Rom 5:5: el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Mat 22:36-40: el primer y grande mandamiento de toda la ley es el amar al Señor con todo nuestro ser, y el segundo es semejante: amar a nuestro prójimo también con todo nuestro ser. De esos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Rom 13:10: el cumplimiento de toda la ley es el amor.
Gen 12:1-3: Dios nos bendice y nos engrandece para bendecir a otros; somos llamados para bendecir (2 Cor 8:9, 13-14, 9:6-11, etc.).
Si el cristianismo fuera una religión, en la Biblia lo más importante fuera la enseñanza de la doctrina, lo cúltico, el ritualismo, lo organizacional. Aunque la Biblia contiene algo de esto, no es el contenido fundamental ni mayoritario de ella.
El cristianismo no es una relación.
Si el cristianismo fuera una relación, no sería necesario un libro tan largo. Bastaría con unas cuantas páginas que nos enseñaran como establecer y mantener una relación con Cristo y eso sería suficiente.
El cristianismo es un estilo de vida consistentes en establecer y desarrollar RELACIONES JUSTAS.
Esas relaciones justas comienzan con restaurar la justicia en nuestra relación con Dios, por lo cual Dios envió a Cristo a morir por nuestros pecados para que Su justicia nos pudiera ser asignada (imputada) de una vez y para siempre.
En segundo lugar, necesitamos mantener la justicia en esa relación, para lo cual el Señor nos envía Su Espíritu Santo para que nos enseñe y nos guíe como mantenerla, e incluso como restaurarla cuando por alguna razón es rota por causa del pecado (Dios también hizo provisión para cuando pecáramos: si confesamos nuestros pecados Él es fiel y justo para perdonarnos y limpiarnos de toda maldad, 1 Jn 1:9-10).
En tercer lugar, debido a la nueva naturaleza que recibimos cuando somos salvos, y por la presencia del Espíritu Santo en nosotros y el amor de Dios derramado en nuestros corazones somos habilitados para restaurar la justicia en nuestras relaciones con otros, y establecer nuevas relaciones con otros en base a la justicia.
La Biblia nos enseña los tres aspectos fundamentalmente: el camino para restaurar y desarrollar nuestra relación con Dios, y los principios, valores, mandamientos, estatutos y preceptos que implican el establecimiento y el mantenimiento de relaciones justas con los demás.
Esa y solo esa es la razón de ser del Cristianismo. Todo lo demás que pensemos que es, es pura añadidura. Prueba de ello es la profusa enseñanza de la Biblia acerca de:
Mat 6:33: que busquemos el Reino de Dios y su justicia, y todo lo demás vendrá por añadidura.
Rom 14:17: el Reino de Dios es justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo.
1 Jun 4:8: que Dios es amor.
Rom 5:5: el amor de Dios ha sido derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos fue dado.
Mat 22:36-40: el primer y grande mandamiento de toda la ley es el amar al Señor con todo nuestro ser, y el segundo es semejante: amar a nuestro prójimo también con todo nuestro ser. De esos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
Rom 13:10: el cumplimiento de toda la ley es el amor.
Gen 12:1-3: Dios nos bendice y nos engrandece para bendecir a otros; somos llamados para bendecir (2 Cor 8:9, 13-14, 9:6-11, etc.).
28
Mar
2016