Estudio Bíblico

Inicio > Estudio

Módulo 104. El Espíritu Santo.



EL TIEMPO DEL ESPÍRITU SANTO.



Introducción.

Aún cuando el Espíritu Santo siempre, desde la creación de los cielos y la tierra ha estado obrando de alguna manera en el mundo (Gen 1:2), en el tiempo de la Iglesia la operación del Espíritu Santo se ha hecho más evidente (Jn 7:38-39).
• Gen 1:1-2. “En el principio creó Dios los cielos y la tierra. Y la tierra estaba desordenada y vacía, y las tinieblas estaban sobre la faz del abismo, y el Espíritu de Dios se movía sobre la faz de las aguas.”
• Jn 7:38-39. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
• Sal 139:7-10. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra.

Desde el momento en que Jesús fue glorificado se inicia en el plan de Dios para las edades el tiempo que se ha denominado de la Iglesia, de los Gentiles y/o del Espíritu Santo. Ese tiempo, sea cual sea el nombre que le asignemos, significa el tiempo del mover del Espíritu Santo dentro, con y sobre los creyentes.
• Jn 14:16-17. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
• Hch 1:8. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

En el Antiguo Testamento el Espíritu Santo, de manera esporádica y/o eventual, pero siempre de acuerdo a los planes de Dios, venía sobre ciertas personas para equiparlas para una tarea específica en acción, tiempo y lugar.
• Ezeq 37:1. “La mano de Jehová vino sobre mí, y me llevó en el Espíritu de Jehová, y me puso en medio de un valle que estaba lleno de huesos.”
• Ezeq 11:5. “Y vino sobre mí el Espíritu de Jehová, y me dijo: Di: Así ha dicho Jehová: Así habéis hablado, oh casa de Israel, y las cosas que suben a vuestro espíritu, yo las he entendido.”
• Jue 6:34. “Entonces el Espíritu de Jehová vino sobre Gedeón, y cuando éste tocó el cuerno, los abiezeritas se reunieron con él.”
• 1 Sam 10:6. “Entonces el Espíritu de Jehová vendrá sobre ti con poder, y profetizarás con ellos, y serás mudado en otro hombre.”

Con el nacimiento de Cristo y su bautismo en agua por Juan el Bautista para iniciar Su ministerio terrenal, el Espíritu Santo por primera vez en la Biblia, viene a morar en una persona.
• Luc 3:21-22. “Aconteció que cuando todo el pueblo se bautizaba, también Jesús fue bautizado; y orando, el cielo se abrió, y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.”
• Luc 4:1. “Jesús, lleno del Espíritu Santo, volvió del Jordán, y fue llevado por el Espíritu al desierto”
• Hch 10:38. “cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos por el diablo, porque Dios estaba con él.”

Posteriormente, cuando Cristo es crucificado, resucitado y restaurado a Su Gloria como el Hijo de Dios, por el reconocimiento del Señorío de Cristo en la salvación, los creyentes son habilitados para recibir al Espíritu Santo para que haga morada en ellos, pero también para que esté con ellos y sobre ellos.
• Jn 7:38-39. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él; pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
• Jn 20:22. “Y habiendo dicho esto, sopló, y les dijo: Recibid el Espíritu Santo.”
• Hch 1:8. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”
• Isa 11:2-5. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. 3Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos; 4sino que juzgará con justicia a los pobres, y argüirá con equidad por los mansos de la tierra; y herirá la tierra con la vara de su boca, y con el espíritu de sus labios matará al impío. 5Y será la justicia cinto de sus lomos, y la fidelidad ceñidor de su cintura.”

Y de acuerdo a lo que nos enseña la Palabra de Dios con respecto a Dios mismo, y también con respecto al creyente, desde el momento de Pentecostés hasta el momento de los tiempos finales, por lo menos, el Espíritu Santo irá teniendo una presencia progresivamente aumentada en la tierra, principalmente cuando el tiempo sea el cercano a la segunda venida de Cristo, de tal manera que, de todos los tiempos precedentes, este tiempo, que es el tiempo previo a la segunda venida de Cristo, el Espíritu Santo se está comenzando a derramar de una manera no vista antes.
• Hch 2:17-18. “Y en los postreros días, dice Dios, derramaré de mi Espíritu sobre toda carne, y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán; vuestros jóvenes verán visiones, y vuestros ancianos soñarán sueños; y de cierto sobre mis siervos y sobre mis siervas en aquellos días derramaré de mi Espíritu, y profetizarán.”
• Hag 2:5-9. “Según el pacto que hice con vosotros cuando salisteis de Egipto, así mi Espíritu estará en medio de vosotros, no temáis. Porque así dice Jehová de los ejércitos: De aquí a poco yo haré temblar los cielos y la tierra, el mar y la tierra seca; y haré temblar a todas las naciones, y vendrá el Deseado de todas las naciones; y llenaré de gloria esta casa, ha dicho Jehová de los ejércitos. Mía es la plata, y mío es el oro, dice Jehová de los ejércitos. La gloria postrera de esta casa será mayor que la primera, ha dicho Jehová de los ejércitos; y daré paz en este lugar, dice Jehová de los ejércitos.”
• Joel 2:23. “Vosotros también, hijos de Sion, alegraos y gozaos en Jehová vuestro Dios; porque os ha dado la primera lluvia a su tiempo, y hará descender sobre vosotros lluvia temprana y tardía como al principio.”
• Sant 5:7. “Por tanto, hermanos, tened paciencia hasta la venida del Señor. Mirad cómo el labrador espera el precioso fruto de la tierra, aguardando con paciencia hasta que reciba la lluvia temprana y la tardía.”
• Ose 6:1-3. “Venid y volvamos a Jehová; porque él arrebató, y nos curará; hirió, y nos vendará. Nos dará vida después de dos días; en el tercer día nos resucitará, y viviremos delante de él. Y conoceremos, y proseguiremos en conocer a Jehová; como el alba está dispuesta su salida, y vendrá a nosotros como la lluvia, como la lluvia tardía y temprana a la tierra.”
• 1Co 2:9-12. Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,”

Estamos entrando al “mejor” tiempo del mover del Espíritu Santo en la Iglesia, pero para ello implica la necesidad de que seamos cada vez más conscientes de Quién es el Espíritu Santo, para que nos ha sido enviado, y como y para qué se está moviendo en este tiempo.

Sin embargo, ello no es automático. Aún cuando el Espíritu Santo se ha mantenido activo entre las personas a lo largo de todo el tiempo transcurrido desde la Creación, y principalmente en los creyentes desde el momento en que Jesús fue resucitado, cuando vino a vivir en nosotros, muchos no están plenamente conscientes ni tienen entendimiento completo de sus actividades dentro de sí mismos y a través de ellos, por lo que no logran experimentar la plenitud de Su obra en nosotros y a través de nosotros, o bien la estorban. Por ello, para vivir estos tiempos que están comenzando de una mayor plenitud de la obra del Espíritu Santo en nosotros y a través de nosotros, necesitamos regresar a la Palabra, romper nuestros “paradigmas”, conceptos preconcebidos, prejuicios o bloqueos mentales respecto al Espíritu Santo, para obtener un mayor entendimiento de Él que es la Persona de la Trinidad que ha sido designada para estar con nosotros, en nosotros, sobre nosotros y acompañarnos en nuestro caminar en Cristo en todo tiempo. Y ello nos proveerá de una nueva manera, más vital, más dinámica, más gozosa, más plena, de vivir nuestras vidas como hijos e hijas de Dios en medio de estos días malos.



Dos posiciones equivocadas con respecto al Espíritu Santo.

Para poder alcanzar un conocimiento bíblico del Espíritu Santo, en primer lugar necesitamos reconocer, que el mundo cristiano hay dos posiciones extremas en cuanto al Espíritu Santo, en medio de las cuales se encuentran otras posiciones que tienden en mayor grado hacia uno de esos dos extremos y que en alguna medida pueden haber influido en nuestro entendimiento del Espíritu Santo, y que necesitamos revisar a la luz de la enseñanza bíblica acerca de Él, para crecer no solo en el conocimiento de Él, sino en el aprovechamiento de Su obra en nosotros y principalmente en nuestra relación con Él.

Una de esas posiciones extremas es la que corresponde a los que sostienen que la plenitud de la acción y el poder del Espíritu Santo ya no es para este tiempo sino que solo fue para el tiempo de la edificación y expansión inicial de la Iglesia de la mano con los Apóstoles originales y Pablo, obviando lo que Jesús enseñó acerca del Espíritu Santo que habría de morar en todos los que creyeran en Él, que Él no cambia, que somos templos del Espíritu Santo, que nadie llama a Jesús Señor si no es por el Espíritu Santo, que somos transformados de gloria en gloria como por el Espíritu y que Dios sigue siendo y obrando sobrenaturalmente en Su Iglesia porque Él es sobrenatural.
• Jn 7:38-39. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva. Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él (en cualquier época, en cualquier lugar); pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
• Mal 3:6. “Porque yo Jehová no cambio;...”
• 1 Cor 12:4-7. “Ahora bien, hay diversidad de dones, pero el Espíritu es el mismo. Y hay diversidad de ministerios, pero el Señor es el mismo. Y hay diversidad de operaciones, pero Dios, que hace todas las cosas en todos, es el mismo. Pero a cada uno le es dada la manifestación del Espíritu para provecho.”
• 1 Cor 6:19-20. “¿O ignoráis que vuestro cuerpo es templo del Espíritu Santo, el cual está en vosotros, el cual tenéis de Dios, y que no sois vuestros? Porque habéis sido comprados por precio; glorificad, pues, a Dios en vuestro cuerpo y en vuestro espíritu, los cuales son de Dios.”
• 1 Cor 12:3. “Por tanto, os hago saber que nadie que hable por el Espíritu de Dios llama anatema a Jesús; y nadie puede llamar a Jesús Señor, sino por el Espíritu Santo.”
• 2 Cor 3:18. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”

Dentro del grupo más moderado de esta posición están los que creen que el Espíritu Santo sigue obrando en la Iglesia pero solo en la vida interior de cada creyente, pero los dones (lenguas, interpretación de lenguas, sanidades, palabra de conocimiento, palabra de sabiduría, profecía, fe, milagros y discernimiento de espíritus) ya no están vigentes (a pesar de lo que la Palabra de Dios dice en Mal 3:6 y 1 Cor 12:4-7 que mencionamos anteriormente).

Pero por el otro lado están los que enfatizan en el Espíritu Santo como el poder que fluye hacia afuera de los creyentes obviando que el principal rol del Espíritu Santo es hacia la transformación interna de la persona.
• Sal 51:10-12. “Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de delante de ti, Y no quites de mí tu santo Espíritu. Vuélveme el gozo de tu salvación, y espíritu noble me sustente.
• 2 Cor 3:18. “Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.” (aquí se enfatiza la labor transformadora del Espíritu Santo en el interior de la persona, no en su exterior).
• Jn 7:38-39. “El que cree en mí, como dice la Escritura, de su interior correrán ríos de agua viva (antes de correr hacia afuera, corren dentro, limpiando, cambiando, transformando). Esto dijo del Espíritu que habían de recibir los que creyesen en él (en cualquier época, en cualquier lugar); pues aún no había venido el Espíritu Santo, porque Jesús no había sido aún glorificado.”
• Jn 14:15-16. “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (Ayudador), para que esté con vosotros para siempre:” (Aquí también se enfatiza la labor transformadora del Espíritu Santo en el interior de la persona, no hacia afuera).

Probablemente el error de esta posición estriba en el énfasis que se le da en su enseñanza a Hch 1:8: “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”

Las personas que “abrazan” esta posición asumen en mayor o menor grado que el poder de ser testigos era por la vía de la predicación de la Palabra y por las señales que siguen a la predicación de la Palabra, en lugar de por la transformación que el Espíritu haría en el interior de ellos y que sería manifiesta a todas las demás personas. En Pentecostés lo que sucedió en realidad es que los Apóstoles experimentaron en este derramamiento del Espíritu Santo una transformación interna que los convirtió de personas temerosas que huyeron cuando arrestaron a Jesús y lo crucificaron, en personas valerosas que se levantaron a predicar la Palabra, confrontando a los mismos que antes habían temido, respecto de la muerte de Cristo. Anteriormente a este episodio, y cuando Cristo aún vivía, ellos habían predicado y habían hecho señales tal como nos lo testifican las Escrituras en Luc 9:1-6 y Luc 10:1-12 y 17-20.

Nosotros creemos, en primer lugar, que el Espíritu Santo sigue plenamente vigente hoy como en el tiempo de los inicios de la Iglesia porque Dios, Jesús y el Espíritu Santo no cambian (Mal 3:6). Ello implica que el Espíritu Santo sigue haciendo hoy la obra que hizo durante ese tiempo, en primer lugar, de transformar a los creyentes internamente (si se someten al Espíritu Santo y buscan y obedecen Su guianza, 2 Cor 3:18) lo cual incide en que tengan mucho más denuedo en la predicación de la Palabra (Hch 4:13, Hch 4:29, Efe 6:20), y como Dios respalda Su Palabra (Hch 4:30), ello incide también en que se manifieste a través de ellos, la operación de los dones del Espíritu Santo (1 Cor 12.1-11, Efe 4:11, Rom 12:6-8).



Re-Conociendo al Espíritu Santo.


No es una unción, una fuerza, un poder. Es una Persona, “otro Consolador, ayudador” como Jesús, que nos es conveniente.
• Luc 4:18-19. “El Espíritu del Señor está sobre mí, por cuanto me ha ungido para dar buenas nuevas a los pobres; me ha enviado a sanar a los quebrantados de corazón; a pregonar libertad a los cautivos, y vista a los ciegos; aponer en libertad a los oprimidos; a predicar el año agradable del Señor.”
• Hch 1:8. “pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en Samaria, y hasta lo último de la tierra.”


Manifiesta características propias de una persona. Siente (anhela, se contrista), piensa (sabiduría, consejo, inteligencia), tiene voluntad (dirige, enseña, intercede), convence.
• Sant 4:5. “¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente?”
• Efe 4:30. “Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.”
• Isa 11:2. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová. Y le hará entender diligente en el temor de Jehová. No juzgará según la vista de sus ojos, ni argüirá por lo que oigan sus oídos;”
• Jn 16:8. “Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
• Jn 16:13-14. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.”


No es la tercera persona de la Trinidad. Es una Persona igual al Padre e igual al Hijo (“otro Consolador”, otro del mismo género).
• Sal 139:7. “¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia?
• Jn 14:16-18. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros. No os dejaré huérfanos; vendré a vosotros.


No es una promesa, es LA PROMESA (Hch 2:38-39, Gal 3:14) del Padre para nosotros, los creyentes en Cristo, lo que implica que el Espíritu Santo es, después de Cristo y la Salvación que tenemos en Él, y junto con Él porque vienen a nosotros juntos, la mayor y mejor promesa de todas las que Dios nos ha dado, y además, al tenerlo a El, nos guía para alcanzar todas las demás promesas de Dios para nosotros (Mat 6:33).
• Hch 2:38-39. “Pedro les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios llamare.”
• Gal 3:13-14. “Cristo nos redimió de la maldición de la ley, hecho por nosotros maldición (porque está escrito: Maldito todo el que es colgado en un madero), para que en Cristo Jesús la bendición de Abraham alcanzase a los gentiles, a fin de que por la fe recibiésemos la promesa del Espíritu.”
• Heb 8:10-12. “Por lo cual, éste es el pacto que haré con la casa de Israel después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en la mente de ellos, y sobre su corazón las escribiré; y seré a ellos por Dios, y ellos me serán a mí por pueblo; y ninguno enseñará a su prójimo, ni ninguno a su hermano, diciendo: Conoce al Señor; porque todos me conocerán, desde el menor hasta el mayor de ellos. Porque seré propicio a sus injusticias, y nunca más me acordaré de sus pecados y de sus iniquidades.”
• Heb 10:15-17. “Y nos atestigua lo mismo el Espíritu Santo; porque después de haber dicho: Éste es el pacto que haré con ellos después de aquellos días, dice el Señor: pondré mis leyes en sus corazones, y en sus mentes las escribiré, añade: Y nunca más me acordaré de sus pecados y transgresiones.”
• Jn 14:15-16. “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (ayudador), para que esté con vosotros para siempre:”
• Jn 16:13-14. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
• Jos 1:8. “Nunca se apartará de tu boca este libro de la ley, sino que de día y de noche meditarás en él, para que guardes y hagas conforme a todo lo que en él está escrito; porque entonces harás prosperar tu camino, y todo te saldrá bien.”


El es Dios: Omnipotente, Omnipresente, Omnisciente (Espíritu Santo, Espíritu de Dios, Espíritu de Cristo).
• Sal 139:1-16. “Oh Jehová, tú me has examinado y conocido. Tú has conocido mi sentarme y mi levantarme; has entendido desde lejos mis pensamientos. Has escudriñado mi andar y mi reposo, y todos mis caminos te son conocidos. Pues aún no está la palabra en mi lengua, y he aquí, oh Jehová, tú la sabes toda. Detrás y delante me rodeaste, y sobre mí pusiste tu mano. Tal conocimiento es demasiado maravilloso para mí; alto es, no lo puedo comprender. ¿A dónde me iré de tu Espíritu? ¿Y a dónde huiré de tu presencia? Si subiere a los cielos, allí estás tú; y si en el Seol hiciere mi estrado, he aquí, allí tú estás. Si tomare las alas del alba y habitare en el extremo del mar, aun allí me guiará tu mano, y me asirá tu diestra. Si dijere: Ciertamente las tinieblas me encubrirán; aun la noche resplandecerá alrededor de mí. Aun las tinieblas no encubren de ti, y la noche resplandece como el día; lo mismo te son las tinieblas que la luz. Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre. Te alabaré; porque formidables, maravillosas son tus obras; estoy maravillado, y mi alma lo sabe muy bien. No fue encubierto de ti mi cuerpo, bien que en oculto fui formado, y entretejido en lo más profundo de la tierra. Mi embrión vieron tus ojos, y en tu libro estaban escritas todas aquellas cosas que fueron luego formadas, sin faltar una de ellas.
• Isa 11:2. “Y reposará sobre él el Espíritu de Jehová; espíritu de sabiduría y de inteligencia, espíritu de consejo y de poder, espíritu de conocimiento y de temor de Jehová.”


El es la Plenitud de Dios.
• Col 2:9. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,”
• Jn 1:16. “Porque de su plenitud tomamos todos, y gracia sobre gracia.”
• Jn 16:13-15. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”


El es el enviado del Cielo para estar en nosotros y con nosotros siempre.
• 1 Ped 1:12. “A éstos se les reveló que no para sí mismos, sino para nosotros, administraban las cosas que ahora os son anunciadas por los que os han predicado el evangelio por el Espíritu Santo enviado del cielo; cosas en las cuales anhelan mirar los ángeles.”
• Jn 14:16. “Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para que esté con vosotros para siempre:”
• Jn 14:26. “Mas el Consolador, el Espíritu Santo, a quien el Padre enviará en mi nombre, él os enseñará todas las cosas, y os recordará todo lo que yo os he dicho.”
• Jn 16:7. ·Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré.”


Nos guía a toda verdad, nos enseña lo que está por venir, nos muestra todo lo de Dios para nosotros (Sus planes, Sus propósitos, Su buena voluntad, agradable y perfecta, etc.) (1 Cor 2:9-12).
• Jn 16:13-15. “Pero cuando venga el Espíritu de verdad, él os guiará a toda la verdad; porque no hablará por su propia cuenta, sino que hablará todo lo que oyere, y os hará saber las cosas que habrán de venir. Él me glorificará; porque tomará de lo mío, y os lo hará saber. Todo lo que tiene el Padre es mío; por eso dije que tomará de lo mío, y os lo hará saber.”
• 1 Cor 2:9-12. “Antes bien, como está escrito: Cosas que ojo no vio, ni oído oyó, ni han subido en corazón de hombre, son las que Dios ha preparado para los que le aman. Pero Dios nos las reveló a nosotros por el Espíritu; porque el Espíritu todo lo escudriña, aun lo profundo de Dios. Porque ¿quién de los hombres sabe las cosas del hombre, sino el espíritu del hombre que está en él? Así tampoco nadie conoció las cosas de Dios, sino el Espíritu de Dios. Y nosotros no hemos recibido el espíritu del mundo, sino el Espíritu que proviene de Dios, para que sepamos lo que Dios nos ha concedido,”


Es nuestro pleno Ayudador, todo lo que necesitamos.
• Jn 14:15-17. “Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (Parakleto) para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.”
La palabra que al español se traduce “Consolador” es la palabra griega “Parakleto”, cuyos significados van mucho más allá de solo Consolador como podría sugerir la traducción. El “Parakleto” es alguien que cumple con, por lo menos, las siguientes actividades:
• Intercesor.
• Consolador, dar vigor, confortar, aliviar la pena o aflicción.
• Abogado, defensor.
• Consejero, un experto que se llama frente a una dificultad para que aconseje, que está de nuestra parte obrando por nosotros y con nosotros.
• Uno que es llamado al lado para ayudarnos, ayudante, auxiliador.
• Amigo, alentador. dar vigor, confortar, aliviar la pena o aflicción.
• Alguien que suprime nuestra incapacidad y nos capacita para poder con la vida.



El “para qué” del Espíritu Santo en este tiempo.


Entre otras muchas cosas, el Espíritu Santo en esta época nos es necesario, imprescindible, por las siguientes razones:


Preparar a la novia, la iglesia, para las bodas del Cordero.
• Efe 5:25-27. “...así como Cristo amó a la iglesia, y se entregó a sí mismo por ella, 26para santificarla, habiéndola purificado en el lavamiento del agua por la palabra, 27a fin de presentársela a sí mismo, una iglesia gloriosa, que no tuviese mancha ni arruga ni cosa semejante, sino que fuese santa y sin mancha.”
• Stg 4:4-8. “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios. ¿O pensáis que la Escritura dice en vano: El Espíritu que él ha hecho morar en nosotros nos anhela celosamente? Pero él da mayor gracia. Por esto dice: Dios resiste a los soberbios, y da gracia a los humildes. Someteos, pues, a Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros. Acercaos a Dios, y él se acercará a vosotros. Pecadores, limpiad las manos; y vosotros los de doble ánimo, purificad vuestros corazones.
• Luc 1:17. “E irá delante de él con el espíritu y el poder de Elías, para hacer volver los corazones de los padres a los hijos, y de los rebeldes a la prudencia de los justos, para preparar al Señor un pueblo bien dispuesto.”
• 2 Tes 2:13-14. “Pero nosotros debemos dar siempre gracias a Dios respecto a vosotros, hermanos amados por el Señor, de que Dios os haya escogido desde el principio para salvación, mediante la santificación por el Espíritu y la fe en la verdad, a lo cual os llamó mediante nuestro evangelio, para alcanzar la gloria de nuestro Señor Jesucristo.


Arrepentimiento y restauración de todas las cosas.
• Jn 16:7-8. “Pero yo os digo la verdad: Os conviene que yo me vaya; porque si no me fuera, el Consolador no vendría a vosotros; mas si me fuere, os lo enviaré. Y cuando él venga, convencerá al mundo de pecado, de justicia y de juicio.”
• Hch 3:19-21. “Así que, arrepentíos y convertíos, para que sean borrados vuestros pecados; para que vengan de la presencia del Señor tiempos de refrigerio, y él envíe a Jesucristo, que os fue antes anunciado; a quien de cierto es necesario que el cielo reciba hasta los tiempos de la restauración de todas las cosas, de que habló Dios por boca de sus santos profetas que han sido desde tiempo antiguo.”
• Mat 17:10-11. “Entonces sus discípulos le preguntaron, diciendo: ¿Por qué, pues, dicen los escribas que es necesario que Elías venga primero? Respondiendo Jesús, les dijo: A la verdad, Elías viene primero, y restaurará todas las cosas.”


Obediencia para bendición.
El Espíritu Santo es nuestro Ayudador para darnos poder de cumplir con los mandamientos de Dios, para la obediencia, y siendo obedientes, abrir las puertas de la bendición para nosotros.
• Jn 14:15-17. Si me amáis, guardad mis mandamientos. Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador (Ayudador), para que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros.
• Deut 28:1-2. “Acontecerá que si oyeres atentamente la voz de Jehová tu Dios, para guardar y poner por obra todos sus mandamientos que yo te prescribo hoy, también Jehová tu Dios te exaltará sobre todas las naciones de la tierra. Y vendrán sobre ti todas estas bendiciones, y te alcanzarán, si oyeres la voz de Jehová tu Dios.”


Santificación creciente, hacer Su Voluntad, vivir en Su propósito y que el carácter de Cristo sea manifestado en cada uno de nosotros de una manera creciente.
• Rom 8:5-6. “Porque los que son de la carne piensan en las cosas de la carne; pero los que son del Espíritu, (piensan) en las cosas del Espíritu. Porque el ocuparse de la carne es muerte, pero el ocuparse del Espíritu es vida y paz.”
• Rom 8:13. “porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.”
• Rom 8:14. “Porque todos los que son guiados por el Espíritu de Dios, éstos son hijos de Dios.”
• Rom 8:28-30. “Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados. Porque a los que antes conoció, también los predestinó para que fuesen hechos conformes a la imagen de su Hijo, para que él sea el primogénito entre muchos hermanos. Y a los que predestinó, a éstos también llamó; y a los que llamó, a éstos también justificó; y a los que justificó, a éstos también glorificó.”
• 2 Cor 3:17-18. “Porque el Señor es el Espíritu; y donde está el Espíritu del Señor, allí hay libertad. Por tanto, nosotros todos, mirando a cara descubierta como en un espejo la gloria del Señor, somos transformados de gloria en gloria en la misma imagen, como por el Espíritu del Señor.”



26 Sep 2014