Estudio Bíblico

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La Fé Biblica, primera parte.



LA FE BÍBLICA.


Es un factor clave de la vida cristiana, porque es debido a ella que la Verdad se convierte en experiencia, en vida (Heb 4:2), que la Verdad funciona y es efectiva en nuestras vidas.
• Somos salvados, justificados, limpiados y tenemos acceso a Dios por la fe.
• Necesitamos vivir por fe, tomar el escudo de la fe y vencer al mundo por la fe.
• Sin fe es imposible agradar a Dios.
• Lo que no es de fe es pecado.

Si nos cuesta trabajo vivir la vida cristiana es muy probable que nuestra dificultad esté relacionada con ejercitar la fe, o la falta de la misma.


Lo que no es la fe.
• No es un poder místico, una fuerza, un fenómeno por el que la mente domina la materia.
• No es una fuerza por la cual al creer en algo ello se vuelva realidad; no es un poder místico que hace suceder las cosas por la mera fuerza de haber creído.
• No es un substituto de los hechos (ciega): está fundada sobre la base de los hechos.
• No puede existir sola; siempre es una actitud hacia algo o alguien.
• No es cerrar los ojos y los puños y, a fuerza de creer, hacer que algo exista.


Lo que es la fe.

Es el objeto en el cual depositamos nuestra fe lo que determina si la fe es efectiva o no.
• Si depositamos nuestra fe en una silla débil y decidimos sentarnos en ella, inmediatamente nos encontraremos sentados en el piso. Nuestro problema no sería en ese caso la falta de fe sino la debilidad del objeto en el cual depositamos nuestra fe (Jer 17:5-8).
• Lo más importante acerca de la fe, entonces, no es la fe como tal, sino el objeto en el cual estamos dispuestos a colocarla. Es así porque la fe perite que el objeto actúe en beneficio nuestro.

Por supuesto que cuando colocamos la fe en un objeto, este tiene que tener las características para desarrollar o realizar aquello que nuestra fe requiere.
Es una actitud de confianza hacia Alguien que permite que ese Alguien funcione para nosotros.
• En la vida cristiana, el objeto de nuestra fe es Dios (Mar 11:22, 2 Tim 1:12).
• La práctica de la fe es tener una actitud de confianza hacia El, que le permita ser lo que es y hacer lo que hace dentro de nuestra experiencia.
• El resultado de ejercer la fe es que Dios puede trabajar en nosotros, por nosotros y a través de nosotros, lo que constituye la primera evidencia de la verdadera fe.

La fe es una idea básica y fundamental para muchas personas que reconocen que necesitan que Cristo les salve.
El problema empieza cuando no reconocen que tienen la misma necesidad de vivir cada día por la fe, de la misma manera que cuando fueron salvos (Gal 3:1-3).
• Reconocen su necesidad de recibir el Espíritu por la fe, pero habiéndolo hecho, están tratando de vivir sus vidas mediante sus propias habilidades, como si Dios se hubiese quedado a un lado a mirar pero sin participar.

La vida cristiana no es un sistema en el que vivimos para Dios sino que Dios vive en nosotros de tal manera que la vida se viva en la fe en la capacidad de Dios para hacer Su obra en nosotros, por nosotros y a través de nosotros. Es una vida de total y absoluta dependencia en Dios para todo asunto, en todo momento.
• En todo y por todo, no solo para lo que no podemos sino también para lo que podemos.
• Involucra toda nuestra actitud hacia Dios (no tiene que ver solo con como conseguir el dinero o cualquier otra bendición). Tampoco es solo tener fe en su existencia (los demonios también creen de esta forma, Sant 2:19) sino tener el tipo de creencia que permite que El haga su obra, vivir bajo Su Señorío (Luc 6:46, Heb 11.6).
• Vivir por fe es mantener la disposición de reconocer la autoridad de Jesús como Señor sobre nosotros, y la aplicación del poder de Su vida en nosotros.
• Vivir por fe es la única base sobre la cual todos los cristianos somos llamados a vivir porque la única otra alternativa que nos queda es vivir independientemente de Dios.

Y esa actitud de independencia es la esencia del pecado, porque el pecado es todo aquello que no proviene de la fe en Jesucristo (Rom 14:23).
Es el fracaso en creer integralmente (vivir bajo el Señorío de Cristo) y no dejarle obrar lo que es la esencia del pecado.
Cuando actuamos independientemente de Dios en vez de depender de El, aunque la actividad que realicemos en sí es buena y legítima, en realidad estamos pecando.
• No es el no creer en Cristo el pecado más grande (el Espíritu convence de culpa al mundo porque no creen en El), sino el hecho que cualquier cosa que no proviene de una dependencia en Dios (estar bajo Su señorío) es pecado.
• Lo que le agrada a Dios es una disposición hacia El que le permite ser nuestro Dios y obrar dentro de nosotros y por medio de nosotros (Heb 11:6).


Auméntanos la fe (Luc 17:5-6).
• La respuesta de Jesús a la petición de sus discípulos de aumento de la fe fue que la cantidad de su fe no era el asunto primario, sino que lo era el objeto en el cual estaban poniendo su fe.
• Es legítimo buscar un aumento de fe, pero la única forma en que sucede es por conocer mejor el objeto de nuestra fe: la fe en Dios crece al conocer mejor a Dios (Rom 10:17).
• Por el contacto con la Palabra de Dios, Cristo es revelado a nosotros, y de esa manera, adquirimos mayor conocimiento y confianza en El. Así podemos confiar y poner nuestra fe en El más fácilmente.
• No hay ningún sustituto al conocimiento de Cristo. Es la mayor necesidad de nuestras vidas (Jn 17:3, Jn 14:6, Efe 1:15-23, Efe 3:14-19) para permitirle la libertad de ser lo que El es en nuestras vidas y en nuestras experiencias.




20 Nov 2012