Estudio Bíblico

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La profecía.



ENTENDIENDO LA PROFECÍA.
En esencia, la profecía es Dios comunicando sus pensamientos y propósitos a la humanidad.
Para edificar a su pueblo: levantar, fortalecer, animar, exhortar.
Para manifestar lo que Dios quiere hacer, sus propósitos: arrancar, derribar, arruinar, destruír, plantar y edificar.
No conocida por el entendimiento natural, pero si por revelación divina.
Algunas definiciones de profecía en hebreo:
• "Dabar": palabra creativa (Ezeq 37, Gen 1).
• "Nataf": dejar caer (Miq 2:6, ss, Jue 5:4).
• "Naba": llamar o proclamar con autoridad.
• "Massa" y/o "Nasah": una carga.
Griego. "Propheteu". Dos palabras: "pro" que significa evidencia, predicción, y "phe" que significa decir, hablar, comunicar. En consecuencia, su significado es comunicar una evidencia y/o una predicción.



LA FORMA DEL MENSAJE:
Usualmente es verbal pero puede darse por escrito o en un acto simbólico.
Puede llegar directamente, o usar una persona o una manifestación.



LA BIBLIA COMO PROFECÍA.
2 Tim 3:16, 2 Ped 1:21, Deut 6:32, Apo 1:1: la revelación completa de Dios para el ser humano, su condición, las instrucciones de Dios, la restauración y el cumplimiento de la voluntad de Dios. Cualquier profecía debe ser dada en el contexto de la Biblia.
Jos 1:18: pero esa profecía, y toda otra profecía específica, es condicional a nuestro vivir dentro de la Palabra de Dios.



LOGOS (profecía latente) y RHEMA (profecía viviente).
Logos: la Palabra de Verdad, viva, revelada y manifestada. las Escrituras (2 Tim 2:15, Jn 1:14).
Rhema: una Palabra de la Palabra, una Palabra oportuna, inspirada por el Espíritu que trae vida, poder y fe para realizarla. Una Palabra escuchada, entendida y aplicada. Para cumplirse debe recibirse con fe (Rom 10:17).
Logos y Rhema. El Logos nunca falla, ni cambia. Sin embargo, para cada persona la Biblia está llena de Rhemas que no han sido cumplidos porque no supieron entender, interpretar, creer en ellas, obedecer o esperar y actuar de acuerdo con la voluntad de Dios.
El Logos, un pozo de agua; el Rhema, un balde de agua sacado del pozo.
El Logos es como el cuerpo humano, el Rhema es como uno de sus miembros, llevando a cabo una función específica en un tiempo específico.
La palabra Rhema siempre depende del Logos.
El Rhema nos da la capacidad de entender el corazón y la mente de Dios en un momento y una condición históricas específicas.



VALOR DE LA PROFECÍA.
Edifica, consuela y exhorta.
Revela las maquinaciones del diablo, moviliza la intercesión y trae liberación y libertad.
Enseña el propósito de Dios y trae dirección, visión, planes, estrategias, objetivos, etc.
Mayor conocimiento de Dios.
Restauración de la identidad.
Revela el equipamiento de Dios para nosotros, activando los dones, habilidades, capacidades, autoridad, poder y unción.
Trae advertencia, corrección y disciplina.
Confirma la Palabra.
Prepara (sensibiliza) para oír más la voz de Dios.
Trae a existencia el propósito de Dios, lo crea.



LA AUTORIDAD DE LA PALABRA PROFÉTICA.
El ser humano fue diseñado por Dios a su imagen y semejanza, entre ello, profético Gen 1:26-28 (Prov 18:21).
Nuestro Dios es un Dios de propósito que usa la profecía para establecerlo, darlo a conocer y realizarlo (Ose 4:6).
Transforma a la Iglesia en agresiva, ofensiva, transformadora (Mat 28:18-20, Mat 16:18-19) para establecer Su Reino (Efe 1:9-10, Col 1:16-20, Mat 6:9-10, Rom 8:19-21).
Alumbrar (Sal 119:105), echar fuera las tinieblas (Jn 8:31-33).
Crear (Gen 1:1-31), ordenar y llenar, traer a existencia el propósito de Dios.
Gen 1:26-28: sojuzgar y señorear, establecer su autoridad y manifestar Su gloria.
Efe 1:3: traer a existencia las bendiciones de Dios (Heb11:3).
Establecer el Reino (Mat 6:9-10), restablecer lo que se perdió (Luc 19.10), retomar el plan original de Dios (Hch 3:21, Gen 1:26-28, Mat 6:9-10, Mat 6:33).
Llevar a la iglesia a reconocer su propósito original, la visión de Reino.



REVELACIÓN PROFÉTICA.
Revelación: un mensaje recibido de Dios por medio del cual nos hace saber lo que no sabíamos o lo que no podíamos saber a través de nuestros sentidos naturales.
Si es de Dios, entonces es cierta y se cumplirá (Heb 6:18).



FUENTES DE IMPRESIONES, SUEÑOS, PALABRAS, ETC.
Tres fuentes:
• El Espíritu Santo, la única fuente verdadera (2 Ped 1:21).
• El espíritu humano (Ezeq 13:1-6), el corazón humano e (Jer 17:9)
• Espíritus demoníacos (Mat 24:24).
Por eso la profecía debe ser juzgada (1 Cor 14:29), para protegernos (Hch 17).
Mezcla de fuentes (Jer 15:19): entresacar lo puro de lo vil.



MEDIOS DE LA REVELACIÓN:
La Palabra de Dios.
Voz audible (Gen 22:11-12, Num 12:6-8, Isa 3:1-14).
Voz audible interna (Ezeq 14:1).
Un saber sin razón lógica (Mat 22:18, Mar 2:8).
Impresiones de hacer algo o de que algo es verdad (Neh 7:5, Hech 14:9).
Sueños y visiones (sueños que tenemos cuando estamos despiertos) (Dan 7.1-2).
Éxtasis: una visión que recibimos cuando perdemos el contacto con nuestros sentidos físicos (Hch 10:10, 22:7, Num 24:4, 1 Sam 19:23-24, Dan 10:9).
Arrebatamientos: experiencias más allá de lo natural, tan reales que la persona no sabe si está en el cuerpo o fuera del cuerpo (Isa 6:1, 2 Cor 12:3, Ezeq 8:3).
Situaciones del mundo natural: Dios habla a través de la creación (Rom 1:19-20, Prov 6:6-11).
Ángeles (Heb 1:14, Luc 16:22, 2 Rey 6:8-17)
Fragmentos de frases u oraciones (Isa 8:1).



INTERPRETACIÓN Y APLICACIÓN PROFÉTICA.
La revelación, muchas veces, la gran mayoría, requiere de interpretación y aplicación.
Interpretación: determinar lo que significa.
Aplicación: lo que hacemos con ella, la acción que debemos tomar.
En muchos casos el problema no está en la profecía, sino en la interpretación o aplicación que hacemos de ella.
Revelación sin interpretación: mejor guardarla y esperar que Dios nos traiga una confirmación o la interpretación correcta.
Interpretación sin aplicación: guardarla hasta el tiempo exacto.
Muchas veces podemos correr con la revelación o interpretación sin percibir los tiempos, las circunstancias o el contexto (Prov 13:12: la esperanza que demora, sin paciencia, es tormento al corazón).
1 Cor 14.29, Jer 17:9: juzgar la profecía en las tres fases: revelación, interpretación, aplicación, porque en cualquiera de las tres fases puede haber contaminación.
Josúe tuvo una revelación (Gen 37:6-7); sus hermanos y padre interpretaron muy bien los sueños (Gen 37:8), sin embargo aplicaron erróneamente la revelación y la interpretación (Gen 37.11, 19).



PROPÓSITO PROFÉTICO (ISA 55:11)..
Entender lo profético implica tres cosas.
Uno. Entender Su propósito. Tiene que ver con entendimiento, dimensión, extensión, visión, ánimo, conquista, guerra, manifestaciones visibles del poder y la sabiduría de Dios, personas entendidas en Su propósito y Misión (1 Cro 12:32).
Dos. Es para movilizarnos, levantarnos, equiparnos, dirigirnos para ser de bendición para otros porque Dios ama a toda Su Creación (Jn 3:16, Rom 8.19-21).
Tres. El mayor énfasis es revelar a Cristo y Su Propósito, en la vida de las personas (Rom 12:2) para manifestar la Gloria y Autoridad de Dios y que lo representen a El (2 Cor 5:17-21) para ser de bendición para otros (Gen 12:1-3).



DESTINO PROFÉTICO.
1 Cro 12:32: saber donde estamos y hacia donde vamos.
La Iglesia tiene un propósito: lo profético tiene que ver con activar el destino establecido para la iglesia y traer entendimiento de todo lo que se debe hacer.
El propósito de la generación profética actual: llevar a la iglesia a su madurez en entendimiento y preparar el camino para la segunda venida de Cristo (Efe 4:11-16).
• Hch 3:21: restauración de los ministerios y la Iglesia a la plenitud de Cristo.
• Antes de su manifestación gloriosa, preparar el camino de Cristo (2ª. Venida).
• 1 Ped 2:9: preparar un pueblo realmente dispuesto.
• Dispuesto para la batalla, la santidad, escuchar a Dios, ejecutar su Santa voluntad.



IDENTIDAD PROFÉTICA.
El profeta trae identidad al pueblo de Dios: lo que uno es y puede hacer en Cristo.
Trae también dirección, predicción, instrucción y revelación para que podamos entender el propósito de nuestras vidas y nuestro en la iglesia y en los planes de Dios.



EL TIEMPO PROFÉTICO.
Isa 55:11. Su Palabra nunca regresa vacía, va a hacer lo que Dios quiere: su buena voluntad, agradable y perfecta (Rom 12:2).
Este tiempo Dios está levantando profetas para establecer Su Reino y transformar la nación que van a decretar lo que se hará ya.
El tiempo de las confirmaciones se acabó. Dios levantará un pueblo que caminará por determinación como resultado de vivir la Revelación en su vida.
Mat 16:19: las llaves del Reino abren dimensiones (puertas).
Existen puertas en el mundo espiritual que necesitan ser abiertas.
Cada revelación en nuestra vida abre una puerta.
Perder la revelación, entonces, equivale a perder las llaves.
Existen dimensiones y tiempos (Hch 17:26-28).
* Jesús dijo que en el tercer día (tercer milenio) terminaría Su obra.
* También dijo que todo lo que la Iglesia decretara: "consumado es".
Nosotros vivimos en el Cronos y Kairos. Cronos es el tiempo natural, el tiempo de cada día; Kairos es el tiempo específico para el cumplimiento del propósito de Dios.
Los ministerios deben caminar en el Kairos de Dios, no en el Cronos. Es en el Kairos cuando suceden las cosas de Dios.
Problema: cuando Dios está listo para operar y nosotros estamos fuera de tiempo; nunca podrá operar en y a través de nosotros.
Cuando no tenemos una visión del futuro, el presente siempre va a traer desesperación o desánimo.
El profeta "corre" en el tiempo, va adelante, viaja en el tiempo, no vive preso a cada día, regresa y anima al pueblo, porque alcanza a ver más allá de cada día.



MISIÓN PROFÉTICA.
Activar todo lo que hay dentro del Cuerpo de Cristo que ya fue puesto allí por El.
Preparar el camino para lo que Dios va a hacer: activar, habilitar, restaurar.
Dar la estrategia de Dios para tomar y establecer Su Reino sobre personas y lugares.
Traer los diseños celestiales para lo que Dios va a hacer.
Edificar el cuerpo de Cristo.
Traer a la gente a su verdadera identidad en Cristo.
Sacar a luz lo que Dios ha puesto en el corazón de las personas (revelación, dirección, propósito)
Revelar a Cristo en la vida de las personas.
Activar los dones de Dios en las personas.
Revelar la Palabra, sacar a luz lo que estaba oculto, iluminarla.
Decretar la Palabra  activarla para que se cumpla ya.




LA PROFECÍA Y LA IGLESIA LOCAL.



LA PROFECÍA EN LA IGLESIA LOCAL.
Preparar un pueblo maduro y determinado que pueda entender las circunstancias diarias (1 Cro 12:32) basado en la Palabra y traer a existencia lo que Dios ya ha hecho en lo espiritual y que es necesario para esa circunstancia (Efe 1:3, Heb 11:3).
Activar todas las funciones del Cuerpo de Cristo para que tome actitud, visión y caminar en esta tierra de la misma forma que Jesús lo hizo: la Iglesia es la expresión de Dios, Su Cuerpo, para ser manifestado en la tierra.
Revelar la mente y el corazón de Dios para con su pueblo, produciendo una mayor cercanía entre Dios y las personas.
Traer identidad, consuelo, ánimo, bienestar, edificación.
Dios está levantando en la iglesia hoy, compañías o equipos proféticos (dones proféticos, carisma), bajo una autoridad profética (oficio profético, diakonía): su función es equipar, preparar, activar a otros (1 Cor 14:26-32).



PAUTAS PARA EL OFICIO PROFÉTICO EN LA IGLESIA LOCAL.
2 Tim 3:16: toda Palabra es inspirada por Dios para conocer Su voluntad.
Prácticamente toda persona llena con el Espíritu Santo puede profetizar por lo menos en cierto nivel: aliento, consuelo, edificación, exhortar (1 Cor 14:3).
Dios confirmará a través de profetas de oficio un direccionamiento específico para la iglesia y/o el liderazgo.
Generalmente es liberada por tiempos de adoración y oración (aunque no siempre).
Debe poder ser examinada para ubicarla en el tiempo y/o propósito para el que fue enviada (Isa 55:11).
El don debe estar bajo el control del profeta.
En la iglesia local debe existir por lo menos un protocolo o normativa básica para establecer un orden, un marco profético que considere, por lo menos, lo siguiente:
• El carácter profético de la revelación.
• Una motivación de servicio a favor del Cuerpo.
• La necesidad del imperativo moral: toda profecía lo tiene.
• Preparar el camino (antes del mensaje) o confirmar la Palabra (después del mensaje).
• Traer edificación, consolación, exhortación y/o ánimo.
• Entregar la Palabra en privado antes de darla en público para confirmarla.
• Grabar o anotar la Palabra para confirmarla, juzgarla, trabajarla (Isa 30:8, Hab 2:23).
• Reunirse el liderazgo para edificar y planificar los movimientos futuros (Efe 2:20).



ALCANCE DE UNA IGLESIA ACTIVA EN LO PROFÉTICO.
Mal 4:5-6: preparar un pueblo bien dispuesto para el Señor que marque la diferencia en las actitudes que el mundo necesita ver para reconocer que Dios es el Señor.
1 Rey 16:29-33: confrontar los poderes satánicos que están impidiendo que el pueblo de Dios conozca y viva la verdadera adoración.
Confrontar la religión (1 Rey 18:23-24) y enseñar como preparar un verdadero altar de maneras prácticas y simples (1 Rey 18:30-35) para manifestar el fuego de Dios delante del mundo.
1 Rey 18:19: fundamentar la adoración en el conocimiento de Dios y en nuestra verdadera identidad en El, motivando a otros a seguir al único Dios.
1 Rey 18:40-45: el impacto de la activación profética:
• La falsa profecía es descubierta y condenada a muerte.
• El sistema gobernante influenciado radicalmente por la dirección de Dios.
• Hay una dirección como consecuencia de la búsqueda de la voluntad de Dios.
• Dentro del problema viene la solución, en el tiempo exacto.
• Dios unge personas y ministerios (no cosas) que puedan traer su unción y su revelación.
• Comenzará a soplar el Espíritu para que el crecimiento y el avivamiento vengan.
• Levantará a los reyes y sacerdotes como ministros productivos.
• El poder vendrá por el entendimiento de la unción y de la misión que Dios nos dio.
• Nos hará correr con destino, propósito determinado, motivación y productividad constante.
2 Rey 2:10: ver más allá de las circunstancias, de los problemas, de las necesidades, ver como Dios ve.



PROFECÍA Y ENSEÑANZA.
Predicación (y la enseñanza): producto de la revelación conocida.
Profecía: resultado de una iluminación o inspiración (revelación no conocida) (1 Cor 14:29, Hch 27:10-11, 2 Ped 1:21).
Es importante discernir como profetas la necesidad real de cada persona. ¿Cómo será mejor atendida esa personas, mediante una palabra profética o al tener más conocimiento de la Palabra en su vida?
La profecía trae el conocimiento del propósito de Dios para nuestra situación actual
La enseñaza permite ganar un entendimiento completo de los principios que Dios nos ha dejado para poder creer, servir, etc.
La profecía nos revela el corazón de Dios en tanto que la enseñanza nos muestra la mente de Dios.



PROFECÍA Y ESTRATEGIA.
La profecía revela e ilumina con discernimiento dinámico, actualizado, presente, pertinente, pasajes y/o situaciones no muy claras en las Escrituras. Provee una percepción distinta de las cosas de Dios y como traerlas a nuestra realidad.
La Palabra nos provee estrategia, y la profecía nos provee táctica (2 Cro 20:14-17).
Para vivir como Dios quiere necesitamos de cada Palabra que viene de la boca de Dios: la Escritura para ordenar nuestra vida y la profecía para ser guiados por el Espíritu.



PROFECÍA Y LA SEGUNDA VENIDA DE CRISTO.
La profecía tiende a apagarse cuando los líderes de las iglesias usurpan la autoridad de Dios e intentan controlar lo que es dicho y hecho en el Cuerpo de Cristo.
1 Rey 17: Jezabel (espíritu que trabaja muchas veces como una doctrina que trata de manipular todo aquello que Dios hace) se quebranta a través del espíritu profético y de confrontación de Elías.
Espíritu profético de confrontación contra el espíritu de la religión: preparar un nuevo odre (Mat 9:16-17, Mar 2:21-22, Luc 5:36-39).

Mal 4:5-6: el espíritu de Elías es una unción profética que opera en la preparación de la venida de Jesús (Luc 1:17). Operará en estos tiempos con más fuerza porque los profetas otra vez prepararán la disposición del corazón del pueblo de Dios para recibirlo en su segunda venida.





NUESTRA RESPUESTA A LA PALABRA PROFÉTICA.



NUESTRA RESPUESTA A LA PALABRA PROFÉTICA.
• Sal 23:3, Sal 48:14, Sal 139:7-10, Jn 16:13.



ENCARNACIÓN DE LA PROFECÍA.
El profeta no solo es el mensajero, es el mensaje, por lo que necesita encarnar la Palabra antes de darla. El representa el cumplimiento de la profecía, por lo que no solo debe recibirla sino hacerla vida (Jn 15:7).
• Si permanecen en mí (salvos).
• Y mis palabras permanecen en ustedes (obediencia, el propósito de Dios para nosotros).
• Pedid todo lo que queréis (profetizar la Palabra).
• Os será hecho (se va a encarnar, Dios se apresura a ponerla por obra).
La responsabilidad del profeta es dar la Palabra y vivirla, no ver que se cumpla en los demás o que las personas la pongan en práctica. Aunque traen la luz, son las personas que reciben la Palabra las que van a determinar si siguen viviendo en las tinieblas o se trasladan a vivir a la luz (Jn 3:19-21).
La mayor responsabilidad profética es traer entendimiento de la Palabra al pueblo (Hch 13:1, 1 Cor 12:28), activarla en la vida de las personas y de la iglesia, que se encarne, que se cumpla en ellos (y cosechen los frutos derivados de ella).
Mayor revelación implica, para el profeta, mayor sacrificio y mayor responsabilidad: asumir la Palabra muchas veces implica persecución (crítica, chisme, burla, maldición, etc.) por lo que también necesita preparar a las personas para encarnarla con todas sus consecuencias.



OÍR LA VOZ DE DIOS (APO 3:20),
Jesús desea tener intimidad y comunión con su Iglesia (Jn 4:23).
Jesús puede estar a la puerta de la Iglesia, no dentro de ella: cuando estamos ocupados en lo mundano, en las obras, en la obra del Señor, en lugar de en el Señor de la obra.
Lo que más nos cuesta, tanto con Dios como con los otros, es tener tiempo para la intimidad; no estamos acostumbrados a ella.
Hch 2:17-18: en los postreros días una necesidad fundamental será la necesidad de oír la voz de Dios:
• Vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán.
• Vuestros jóvenes verán visiones.
• Vuestros ancianos soñarán sueños.
• Los siervos y siervas profetizarán.



COSAS QUE NECESITAMOS PARA OÍR LA VOZ DE DIOS.
Escuchar la voz de Dios a través de otros. Dios usa a otras personas para hablarnos aunque no nos guste la forma como lo hagan (Mat 13:57, Mat 6:4, Mat 11:15, Mat 13:9, Mat 13:43, Mat 4:9, etc.). No menospreciar a nadie (Sal 123:4, Prov 18:3).
Necesitamos tener valor: Dios nos va a hablar de lo que está en nuestro corazón (y ello implica también de lo que no nos gusta), por ejemplo, las cartas a las siete iglesias en Apo 2 y 3.
Necesitamos tener humildad y reconocer nuestra necesidad de Dios (Jn 15:5. Sal 123:2, 1 Cor 1:26-31).
No estamos en posición de demandar: estamos en posición de dar, de bendecir, de tomar sacrificios, de servir (Mar 10:42-45).
La disposición de obedecer lo que Dios nos dice (1 Sam 15:22).



DIOS HABLA ¿CÓMO OÍR LA VOZ DE DIOS? (JN 10:1-5).
Nuestra conciencia (Rom 2:15), aunque no siempre es una buena guía (Jer 17:9, Prov 4:23).
La corrección, el juicio y el castigo (Heb 12:5-11).
A través de la Palabra (2 Tim 3:16).
A través de los que están en autoridad sobre nosotros (Hch 13:1-2).
A través de consejeros buenos y santos (Prov 11:14, Prov 15:22, Prov 24:6).
A través de experiencias, tanto las nuestras y las de otros.
A través de las circunstancias.
Los dones del Espíritu (1 Cor 12:8-10) principalmente Palabra de conocimiento, palabra de sabiduría, discernimiento de espíritus, profecía.
Por profetas y el ministerio profético (1 Cor 14:3, 14:24-25).
1 Cor 2:10: del Espíritu a nuestro espíritu.
Joel 2:28, Hch 2:17: sueños, visiones, impresiones, éxtasis.
Voz audible
A través de ángeles.



ELEMENTOS PARA DISCERNIR LA VOZ DE DIOS.
La Biblia (Hch 17:10-13): todo lo que escuchamos debe estar de acuerdo con la Biblia. El Dios de la Biblia es el mismo que nos habla, no puede contradecirse.
El carácter de la voz de Dios: no condena, calmada, llena de autoridad, esperanza, pureza, pacífica, amable, benigna, llena de misericordia, con buenos frutos, sin incertidumbre (Sant 3:17, Fil 4:6-7).
El fruto en nuestro interior (Gal 5.22-23), aunque a veces puede inquietarnos, principalmente cuando nos confronta.
El contenido (Isa 55:8-11): las cosas espirituales se disciernen espiritual no mentalmente



JUZGAR LA PROFECÍA.
Razones por las cuales debemos juzgar todo lo que oímos (interna o externamente).
• La inspiración. Tres posibles fuentes: Espíritu Santo, humano o demoníaco.
• El. Reconocimiento de nuestras limitaciones y debilidades (imperfectos, 2 Cor 4:7-11).
• 2 Cor 12:9-10: lo vulnerables a lo engañoso de la soberbia, el orgullo, la altivez, etc.
¿Cómo juzgar la profecía?
• Debe estar acorde con la Palabra escrita de Dios (2 Ped 1:19.21).ç
• Debe armonizar con el testimonio del Espíritu con mi espíritu.
• Produce el fruto del Espíritu en los que la reciben.
• Debe ser confirmada por dos o tres otros testigos (1 Cor 14:29) antes de accionar en ella.



PRINCIPIOS PARA RESPONDER APROPIADAMENTE A LA PALABRA PROFÉTICA.
Actitud correcta: 1 Tes 5:20-21, no menospreciarlas, evaluarlas y retener lo bueno.
Fe: Heb 11:6, Heb 3:19, 2 Cro 20:20.
Obediencia: hacedores de la Palabra (Sant 1:22, Sant 4.17).
Cooperación en su cumplimiento  colaboradores de Dios (1 Cor 3:9).
Paciencia: Heb 6:12, Sal 37:5-11.
Humildad, mansedumbre y sumisión: Sant 1:21, Sant 3:17, Sant 4:6.
Grabar, leer y meditar la profecía: Hab 2:2-4, 1 Tim 4:14-15
No tomar decisiones y/o sacar conclusiones en ese momento (Luc 2:17-19, María, David).
Esperar el tiempo para su cumplimiento, entrenándonos y preparándonos para ese día.
Cuando la profecía incluye instrucciones específicas para tomar acción inmediata, entonces debemos hacer lo que se nos dice (2 Rey 9:1-4).
Esperar testimonio de la profecía (Prov 3:5-6, Num 23:19, Mat 18.16).
Pelear la buena batalla (1 Tim 1:18, Hch 9:16, 2 Cro 20.20).
Conocer los principios universales de Dios: debemos operar en el orden adecuado para que lo establecido por El funcione.




17 Jun 2008