Estudio Bíblico

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Módulo 112. Matrimonio.



TEMA No. 9.
LAS CARACTERÍSTICAS BÍBLICAS
DISTINTIVAS ENTRE HOMBRES Y MUJERES.



Introducción.
 No podemos entender plenamente el plan de Dios para el matrimonio, si previamente no entendemos los roles asignados por El al varón y a la mujer individualmente, y que encuentran su realización y complementación perfecta en el regalo divino del matrimonio.
 El mundo de hoy está experimentando una serie de problemas derivados del abandono de los principios y valores del Dios de la Biblia (Rom 1:18-31, Prov 16:25, Jer 17:5-8) y de abrazar los principios del humanismo secular, en lo relacionados con la identidad de los hombres y las mujeres y sus respectivos roles en el mundo derivados de esa identidad.
 Cuando los fundamentos de la vida humana y social son destruidos (Sal 11:3), el justo debe volver a las sendas antiguas (Jer 6:16) y hacer su mayor esfuerzo para regresar a todo su entorno y la sociedad entera a esos principios y valores abandonados (Est 4:13-14, Est 8:6).
 Algunos de los problemas más relevantes, respecto a la características distintivas entre hombres y mujeres, hoy, son:
 La amplia incertidumbre y confusión en nuestra cultura con respecto a las diferencias entre la masculinidad y la feminidad.
 Los efectos trágicos de esta confusión al deshacer el tejido del matrimonio hecho por Dios a partir de las hebras de la hombría y de la feminidad.
 La creciente promoción del igualitarismo feminista con las acompañantes distorsiones o descuido de la feliz armonía descrita en la Escritura entre el liderazgo humilde y cariñoso de los esposos redimidos y el respaldo dispuesto e inteligente a ese liderazgo por parte de las esposas redimidas.
 La ambivalencia generalizada con respecto a los valores de la maternidad, el cuido del hogar en un sentido vocacional y los muchos ministerios históricamente llevados a cabo por las mujeres.
 Las crecientes afirmaciones de legitimización para las relaciones sexuales que bíblica e históricamente han sido consideradas como ilícitas o perversas, y la gradual descripción pornográfica de la sexualidad humana.
 El recrudecimiento del abuso físico y emocional en la familia.
 El surgimiento de papeles para los hombres y las mujeres en el liderazgo eclesiástico que no se conforman con la enseñanza Bíblica sino que dan al traste con el testimonio bíblicamente fiel produciendo atroces consecuencias.
 El creciente predominio y aceptación de excentricidades hermenéuticas diseñadas para reinterpretar los significados evidentemente claros de los textos bíblicos relacionados con la hombría y la feminidad.
 La consecuente amenaza a la autoridad bíblica a medida que la claridad de la Escritura es puesta en peligro y se impide la accesibilidad de su significado a la gente ordinaria limitándolo el ámbito restringido de la ingenuidad técnica.
 Y detrás de todo esto el aparente acomodo de algunos dentro de la iglesia al espíritu de la época a expensas de la autenticidad hermosa y radical de la Biblia la cual, en el poder del Espíritu Santo, puede reformar más bien que reflejar nuestra cultura enfermiza.


Principios.
 Tanto Adán como Eva fueron creados a imagen y semejanza de Dios, iguales ante Dios como personas y distintos en su masculinidad y feminidad (Gen 1:26-27, 2:18).
 Las distinciones en los papeles masculino y femenino son ordenadas por Dios como parte del orden creado, y debiesen hallar eco en todos los corazones humanos (Gen 2:18, 21-24; 1 Cor 11:7-9; 1 Tim 2:12-14).
 La condición de cabeza por parte de Adán en el matrimonio fue establecida por Dios antes de la Caída, y no fue resultado del pecado (Gen 2:16-18, 21-24; 3:1-13; 1 Cor 11:7-9).
 Sin embargo, la caída introdujo distorsiones en las relaciones entre los hombres y las mujeres (Gen 3:1-7, 12, 16):
 En el hogar, el liderazgo humilde y cariñoso del esposo tiende a ser reemplazado por la dominación o la pasividad; y la sumisión inteligente y dispuesta de la esposa tiende a ser sustituida por el servilismo o la usurpación.
 En la iglesia, el pecado inclina a los hombres hacia un amor mundano por el poder o a una abdicación de la responsabilidad espiritual, e inclina a las mujeres a resistir las limitaciones de sus papeles o a descuidar el uso de sus dones en los ministerios apropiados.
 El Antiguo Testamento, lo mismo que el Nuevo Testamento, manifiestan el valor y dignidad igualmente elevados que Dios adjudicó a los papeles tanto de los hombres como de las mujeres (Gen 1:21-27, 2:18; Gal 3:28). También tanto el Antiguo como el Nuevo Testamento afirman el principio del liderazgo y jefatura del varón en la familia y en la comunidad del pacto (Gen 2:18; Efe 5:21-33; Col 3:18-19; 1 Tim 2:11-15).
 La redención en Cristo tiene como propósito remover las distorsiones introducidas por la maldición:
 En la familia, los hombres deben abandonar el liderazgo áspero o egoísta y crecer en amor y cuidado por sus esposas; las esposas deben abandonar su resistencia a la autoridad de sus esposos y crecer en sumisión dispuesta y gozosa al liderazgo de sus esposos (Efe 5:21-33; Col 3:18-19; Tito 2:2-5; 1 Ped 3:1-7).
 En la iglesia, la redención en Cristo les da a los hombres y a las mujeres una porción igual en las bendiciones de la salvación; sin embargo, algunos papeles de gobierno dentro de la iglesia están restringidos a los hombres (Gen 3:28; 1 Cor 11:2-16; 1 Tim 2:11-15), que sin embargo las pueden delegar en mujeres sujetas a la autoridad de sus esposos y de sus pastores.
 En la totalidad de la vida, Cristo es la autoridad y la guía suprema tanto para los hombres como para las mujeres, de modo que ninguna sumisión terrenal, doméstica, religiosa o civil, implica jamás un mandato a seguir una autoridad humana hacia el pecado (Dan 3:10-18; Hch 4:19-20, 5:27-29; 1 Ped 3:1-2).
 Tanto en los hombres como en las mujeres nunca se debiera usar un sincero sentido de llamado al ministerio para poner a un lado los criterios bíblicos para los ministerios particulares (1 Tim 2:11-15, 3:1-13).
 La enseñanza bíblica debiese seguir siendo la autoridad para probar nuestro discernimiento subjetivo de la voluntad de Dios.
 Con la mitad de la población del mundo fuera del alcance del evangelismo autóctono; con innumerables personas perdidas en aquellas sociedades que ya han escuchado el evangelio; con las tensiones y miserias de la enfermedad, la malnutrición, el desamparo, el analfabetismo, la ignorancia, la vejez, la adicción, el crimen, la encarcelación, la neurosis y la soledad, ningún hombre o mujer que sienta una pasión de parte de Dios de dar a conocer Su gracia en palabra y obra necesita vivir jamás sin un ministerio pleno para la gloria de Cristo y el bien de este mundo caído (1 Cor 12:7-21).
 Una negación o descuido de estos principios conducirá a consecuencias cada vez más destructivas para nuestras familias, nuestras iglesias y para la cultura en general.


Conclusión.
 En la base de la cosmovisión bíblica, y como resultado del acto creativo de Dios de Gen 1, están las características distintivas de los hombres y las mujeres, derivados de las diferentes tareas y responsabilidades asignadas por Dios para el cumplimiento de los propósitos de Dios en cuanto al establecimiento del Reino en la tierra.
 El incumplimiento de los respectivos roles y responsabilidades distintivas del hombre y de la mujer en la primera pareja, determinó su caída, y con ello, una desviación del plan de Dios, evidenciando que el plan y propósito de Dios no puede ser cumplido en ningún tiempo a menos que los roles, tareas, propósitos, actividades y características distintivas de los hombres y las mujeres estén claramente definidos y llevados a la práctica.
 La cosmovisión bíblica y sus implicaciones demandan la recuperación de los roles distintivos que Dios establece para el hombre y la mujer, de frente a las tareas particulares y responsabilidades que cada uno de ellos tienen en cuanto al discipulado y el establecimiento del Reino de Dios hoy en las naciones.


17 Abr 2012