Estudio Bíblico

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Módulo 114. Finanzas personales.



EL DINERO ES UN CAMPO DE GUERRA ESPIRITUAL, Y
UN ARMA DE VICTORIA ESPIRITUAL.

“Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o se llegará al uno y menospreciará al otro: no podéis servir a Dios y a Mammón.” (Mat 6:24, RV 1909).

Por lo que vimos en el capítulo anterior respecto a la conexión entre la vida espiritual y nuestra actitud hacia el dinero, los bienes y las riquezas podemos deducir que el dinero es un campo de guerra espiritual que, con las actitudes correctas de nuestra parte, y puesto al servicio de lo bueno, se constituye en un arma de victoria espiritual, tal como nos lo enseña también el pasaje de las escrituras que acabamos de citar.

Si bien es cierto que una posible traducción de “mammón” es riquezas, la idea que tenía en mente el Señor Jesucristo cuando enseñó este pasaje era la del dios pagano de la provisión en los imperios vecinos de Israel: Egipto, Babilonia y Asiria. Lo que Jesús estaba enseñando, y el contexto así lo indica, es que no podemos estar confiando en Dios como nuestra fuente de provisión y al mismo tiempo estar confiando en otra cosa que no sea El. O confiamos en El totalmente o no confiamos en El en lo absoluto. Si en la vida diaria estamos confiando en esto u lo otro, para cualquier cosa, lo que estamos diciendo, dicho popularmente es “si se me apaga una vela, pues aún tengo otra encendida”, lo que significa que no estamos confiando en la primera. Igual sucede en el ámbito espiritual: o confiamos en Dios absolutamente o no confiamos en El en lo absoluto.

Esa es otra razón por la cual los bienes, las riquezas y el dinero son un campo de guerra espiritual y un arma de victoria espiritual simultáneamente. Si nuestra confianza está puesta en el Señor como la absoluta fuente de provisión, entonces vamos a utilizar estas cosas para combatir al enemigo de nuestras almas, sembrándolas en el Reino de Dios, pero si nuestra confianza no está puesta en el Señor, entonces las vamos a retener, y por consecuencia, no vamos a tener municiones para combatir al diablo en este campo, y más aún, por no tener municiones, vamos a ser pasivos en contra de él, y por ende, vamos a facilitarle su trabajo para estorbar el Reino de los Cielos.



El dinero, las riquezas y los bienes de este mundo son recursos estratégicos.

Cuando la Palabra de Dios dice en Gen 2:1:”Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos” significa que todo lo que tenía que ser creado, fue creado. Y ello implica la riqueza, los bienes y el dinero. Permitame explicarle, en la forma más sencilla posible, esto:

a) La riqueza es todo aquello material que tenemos pero que no necesitamos para cubrir nuestras necesidades básicas, es decir, todo aquello extra que nos queda después de cubrir todos nuestros gastos básicos como son alimentación, casa y sus servicios, educación, transporte, vestuario, seguros, etc., y ello o bien es el resultado de la posesión de ciertos artículos específicos (metales y piedras preciosas) o es fruto del trabajo que hagamos para transformar cualquier cosa creada. En cualquiera de ambos casos, la riqueza está presente y/o latente en la Creación de Dios.

“Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates.” (Gen 2:10-14).

b) Los bienes son todas las cosas materiales que poseemos (tierra, vehículos, edificios, maquinaria, etc., y también las riquezas). Por lo tanto, si bien en posible que en su forma actual no existían en Génesis 2:1 (vehículos y maquinaria, por ejemplo), si estaban presentes en su forma primaria (los materiales de que están hechos). Los seres humanos lo único que han hecho es transformar esos materiales originales y darles su forma actual.

c) El dinero no es otra cosa que un instrumento que nos permite intercambiar bienes y riqueza. De hecho, en el principio, el dinero fueron bienes, productos de la agricultura (el cacao por ejemplo) o metales, que se usaron como medida de intercambio entre otros bienes. El dinero tal como lo conocemos hoy, no tiene valor en sí mismo, sino que su valor es dado por los bienes que lo respaldan, que hace muchos años eran lingotes de oro y ahora son todo el conjunto de bienes que constituyen la producción de cada país que generan los ingresos de los gobiernos a través de los impuestos, que en última instancia son los que respaldan el valor de las monedas. Otro factor que contribuye a darle valor al dinero es la percepción de los bienes que se pueden comprar con esa moneda. Y si el respaldo de los billetes son los bienes que se pueden comprar con ellos, y los bienes ya estaban presentes en forma primaria en la Creación, entonces podemos decir que el dinero, en su forma primaria, también se encontraba presente en la Creación y lo único que el ser humano hizo fue cambiar su forma.

De lo anterior, podemos concluir entonces, que todos los bienes, la riqueza que se deriva de ellos y el dinero que se usa para intercambiarlos, fueron hechos por Dios o estaban latentes en la Creación y no van a ser hechos más. Lo único que el ser humano puede hacer es cambiar su forma, transformarlos, pero no crearlos:

“El viento tira hacia el sur, y rodea al norte; va girando de continuo, y a sus giros vuelve el viento de nuevo. Los ríos todos van al mar, y el mar no se llena; al lugar de donde los ríos vinieron, allí vuelven para correr de nuevo. Todas las cosas son fatigosas más de lo que el hombre puede expresar; nunca se sacia el ojo de ver, ni el oído de oír. ¿Qué es lo que fue? Lo mismo que será. ¿Qué es lo que ha sido hecho? Lo mismo que se hará; y nada hay nuevo debajo del sol. ¿Hay algo de que se puede decir: He aquí esto es nuevo? Ya fue en los siglos que nos han precedido.” (Ecle 1:6-10).

Otra cosa que es obvia en todo el proceso de la Creación es que todo lo que Dios creó era para Su Gloria y para el uso de sus hijos tal como se lo dijo a Adán y Eva (sus hijos) en el Edén:

“Entonces dijo Dios: Hagamos al hombre a nuestra imagen, conforme a nuestra semejanza; y señoree en los peces del mar, en las aves de los cielos, en las bestias, en toda la tierra, y en todo animal que se arrastra sobre la tierra. Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó; varón y hembra los creó. Y los bendijo Dios, y les dijo: Fructificad y multiplicaos; llenad la tierra, y sojuzgadla, y señoread en los peces del mar, en las aves de los cielos, y en todas las bestias que se mueven sobre la tierra.” (Gen 1:26-28).

“Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado. Y Jehová Dios hizo nacer de la tierra todo árbol delicioso a la vista, y bueno para comer; también el árbol de vida en medio del huerto, y el árbol de la ciencia del bien y del mal. Y salía de Edén un río para regar el huerto, y de allí se repartía en cuatro brazos. El nombre del uno era Pisón; éste es el que rodea toda la tierra de Havila, donde hay oro; y el oro de aquella tierra es bueno; hay allí también bedelio y ónice. El nombre del segundo río es Gihón; éste es el que rodea toda la tierra de Cus. Y el nombre del tercer río es Hidekel; éste es el que va al oriente de Asiria. Y el cuarto río es el Eufrates. Tomó, pues, Jehová Dios al hombre, y lo puso en el huerto de Edén, para que lo labrara y lo guardase. Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.” (Gen 2:8-18).

“Digo: ¿Qué es el hombre, para que tengas de él memoria, y el hijo del hombre, para que lo visites? Le has hecho poco menor que los ángeles, y lo coronaste de gloria y de honra. Le hiciste señorear sobre las obras de tus manos; todo lo pusiste debajo de sus pies: ovejas y bueyes, todo ello, y asimismo las bestias del campo, las aves de los cielos y los peces del mar; todo cuanto pasa por los senderos del mar.” (Sal 8:4-8).

Por otro lado, la Palabra de Dios en Ecle 10:19 dice que “el dinero sirve para todo” y nuestra experiencia también lo afirma. Ahora bien, si el dinero sirve para todo quiere decir que puede servir para todo lo bueno o para todo lo malo. Si no sirve para todo lo bueno entonces va a servir para todo lo malo y viceversa. De aquí podemos inferir que o los hijos de Dios vamos por las riquezas y el dinero (y por los bienes que las respaldan) y las usamos para la extensión del Reino de Dios (lo bueno) (Mat 6:19-21) o el diablo las va a usar para la extensión de su reino de tinieblas (lo malo). O bien el dinero, los bienes y las riquezas sirven para financiar campañas evangelísticas, películas de cine edificantes, programas de radio y de televisión llenos de principios y valores de la Palabra de Dios, vallas publicitarias anunciando a Jesucristo y el Evangelio, o el diablo los va a usar para promover la codicia, la lujuria, las drogas, el alcohol, el adulterio, el crimen, la inmoralidad sexual, etc. También por ello es que mencionamos que el dinero, las riquezas y los bienes de este mundo son recursos estratégicos.

La Palabra de Dios también dice que:

“El bueno dejará herederos a los hijos de sus hijos; pero la riqueza del pecador está guardada para el justo.” (Prov 13:22).

“Sino acuérdate de Jehová tu Dios, porque él te da el poder para hacer las riquezas, a fin de confirmar su pacto que juró a tus padres, como en este día.” (Deut 8:18).

En otras palabras, Dios nos ha dado a sus hijos la habilidad para hacer (apropiarnos de) las riquezas (Deut 8.18) y ha reservado las riquezas que están en las manos de los pecadores para sus hijos, los justos (Prov 13:22). O sea que debemos ir por todas las riquezas, los bienes y el dinero para usarlos para Su Gloria en la extensión de Su Reino y en Sus obras de misericordia que El mismo ha determinado en Su Palabra que debemos de hacer. La forma como Dios va a trasladar las riquezas de los pecadores a sus hijos no es, como muchos quisieran pensar, haciendo que los pecadores nos las ofrenden masivamente (eso sucedió como un caso extraordinario, milagroso, solo cuando los israelitas salieron de Egipto, y ello, aunque no lo mencione así la Palabra, pudo haber sido como una especie de compensación justa por todo el trabajo que durante décadas, los israelitas habían efectuado por una paga miserable, para los egipcios). La forma “normal” como las riquezas de los pecadores van a venir a las manos de los hijos de Dios, básicamente, creo yo, será a través de dos vías: los negocios y la conversión de los pecadores a Cristo. O sea que, en otras Palabras, Dios nos da la habilidad de negociar para hacer las riquezas y traerlas de vuelta al Reino.


25 Ene 2012